Publicada

Marc-André Ter Stegen ha declarado la guerra al Barça. El portero alemán se niega a firmar el informe médico de la intervención quirúrgica de sus molestias lumbares y el presidente del club, Joan Laporta, ha ordenado la apertura de un expediente disciplinario. El actual conflicto recuerda al vivido, en 1986, por Bernd Schuster y el entonces máximo dirigente barcelonista, Josep Lluís Núñez.

El Barça pasó de la gloria al infierno el 7 de mayo de 1986. Ese día, en Sevilla, el club azulgrana disputaba la segunda final de la antigua Champions, la Copa de Europa. Se enfrentaba al modesto Steaua Bucarest en el Sánchez Pizjuán, estadio al que se desplazaron más de 50.000 barcelonistas.

Taxi hacia el hotel

El desenlace de la final fue tan inesperado como frustrante. Y, sobre todo, polémico. El partido acabó en empate (0-0) y los rumanos fueron mejores en la tanda de penaltis. Marcaron dos goles, por ninguno los barcelonistas.

Schuster, con el Barça

El Barça dominó, pero no tuvo un buen día. No había manera de marcar un gol y Schuster fue sustituido en la prórroga por Moratalla. El centrocampista alemán, indignado con su entrenador, Terry Venables, se retiró a los vestuarios y, poco después, del estadio. Cogió un taxi y se fue hacia el hotel.

El Real Madrid

Minutos después, se armó la de san Quintín. El Barça perdió y Núñez estalla. "Schuster no volverá a jugar en el Barça", dijo el expresidente. El caso acabó en los juzgados y un año después, el alemán volvió a enfundarse la camiseta azul y grana. Solo por un año.

Josep Lluís Núñez y Johan Cruyff aterrizan en Barcelona con el trofeo de la Copa de Europa en 1992 FCB

Núñez quiso renovar su contrato por tres años. Schuster adujo que necesitaba sentirse valorado y aplazó la prórroga. Un año después jugaba ya en el Real Madrid.

Noticias relacionadas