El Betis siempre, o casi siempre, ha sido un club que se ha distinguido por su buen gusto futbolístico. Sus equipos solían ser pausados y muy técnicos, con futbolistas con mucha clase como Cardeñosa. El contrapunto fue Rafa Gordillo, el mejor lateral zurdo de España en los años 80, que destacaba por su fortaleza física y su proyección ofensiva.
Gordillo (Almendralejo, 1957) siempre fue un jugador que gustó mucho en Barcelona. No había un lateral tan valioso en la Liga. En más de una ocasión, el expresidente Josep Lluís Núñez sondeó su fichaje. Sin éxito. Al final lo descartó por un posible problema coronario.
El fichaje
El Betis desactivó el interés del Barça. También rechazó las primeras ofertas del Real Madrid. En verano de 1985, sin embargo, el club verdiblanco aceptó la última propuesta madridista y Gordillo fichó por el Real Madrid a cambio de 150 millones de las antiguas pesetas. Es decir, 900.000 euros. Entonces, un pastizal.
Gordillo jugó en el Real Madrid de la Quinta del Buitre. Con Butragueño, Michel, Martín Vázquez y Pedraza. Aquel equipo arrasaba en España, pero se estrellaba en Europa. En 1992, el lateral extremeño regresó al Betis, que entonces militaba en Segunda División.
Venables y Cruyff
En el Villamarín, Gordillo siempre fue un jugador querido. Solo Joaquín, Esnaola y Cardeñosa disputaron más partidos que él con la camiseta verdiblanca. Con el Real Madrid, mientras, ganó 10 títulos.
Gordillo prefirió el blanco al azulgrana, pero nunca fue un jugador odiado en el Camp Nou. Dos entrenadores tan distintos como Terry Venables y Johan Cruyff hablaban maravillas de él, un lateral que parecía extremo y que siempre jugaba con los calcetines bajos. Él no necesitaba protección, pero sí sus rivales para frenar sus internadas.