Messi, Griezmann, Ansu Fati, Coutinho, Trincao, Pedri, Braithwaite y Dembélé. 8 delanteros y el Barça aún sigue trabajando para incorporar a Memphis Depay. El delantero del Olympique de Lyon se ha convertido en una obsesión para Ronald Koeman y su cuerpo técnico y, sinceramente, no lo entiendo.
No quiero poner en duda su calidad, que no la niego, pero sí me genera dudas su perfil. No es un 9 puro, no triunfó en el United, el curso pasado tuvo una grave lesión en la rodilla, fuera del campo tampoco es un angelito y lo más importante, no sé si se entendería con Messi.
Si el Barça consigue traspasar a Dembélé al Manchester United por una cantidad cercana a los 60 millones me parecería todo un éxito teniendo en cuenta todo lo que Dembélé ha sido, o mejor dicho NO ha sido, en estos tres años aquí.
Si yo fuera Bartomeu, traspasaría al 'mosquito' y me guardaría el dinero o lo invertiría en otra operación que no fueran Depay o Raúl de Tomás, que suene este último ya es surrealista. Que le hagan ver a Koeman que la llegada de otro delantero sólo le restaría minutos y protagonismo a los jóvenes como Ansu Fati, Trincao o Pedri. Y es que sí amigos, el futuro del Barça ya está aquí.
Otra vez Ousmane
No podía ser otro, Ousmane Dembélé sigue con sus problemas de disciplina. El lunes debía presentarse a las 10 y apareció 15 minutos tarde. Quizás muchos diréis que llegar 15 minutos tarde no es un sacrilegio pero con sus antecedentes ya no se le puede pasar ni una.
Koeman es un técnico estricto que da mucha importancia a la disciplina y a los acuerdos con el grupo. Considera clave para el equipo el mantenimiento y cumplimiento de las orden y las pautas establecidas y Dembélé, de momento, ya ha roto el pacto de buenas a primeras.
Si no se va, Dembélé está ante la que puede que sea su última oportunidad de triunfar en el Camp Nou. Físicamente lo vemos mejor, más desarrollado y consistente pero psicológicamente aún no sabemos si está preparado para asumir la responsabilidad de liderar el ataque del Barça.
El segundo fichaje más caro de la historia del Barça va camino de convertirse en el fracaso más grande de la historia de este club. Disculpadme pero yo soy de los ya que no confía en él. Dembélé no me convence futbolísticamente, tampoco su actitud y aún menos sus asesores. O todo esto cambia o con Koeman lo tendrá magro. O todo esto cambia, o con Koeman, Dembélé será una anécdota.
Estilos opuestos
Barça y Madrid consiguieron ganar sus respectivos partidos del fin de semana. Ambos conjuntos se llevaron la victoria pero con dos maneras muy diferentes de conseguirla. Al fin y al cabo sólo fueron tres puntos para cada uno, tres puntos que valen lo mismo para pero tampoco olvidemos que esto del fútbol es un estado de ánimo.
Tras una verano nefasto con el burofax más famoso de la historia, la salida de Suárez, la moción de censura y mucho más, el Barça se estrenaba con una gran victoria liderada por Ansu Fati. El jovencísimo talento culé se encargó de convertir todas estas dudas en ilusión. El equipo se mostró feroz en ataque, ordenado en defensa y voraz en la recuperación de balón. Hacía tiempo que no disfrutábamos de un partido del Barça y aunque sólo fuera una degustación, la mano de Koeman ya se nota. Sincero ante los medios, de cara con el vestuario y cercano con los jugadores. Repito, tengamos paciencia y dejémosle trabajar. De momento ya ha recuperado a Coutinho, a Jordi Alba, a Busquets y a De Jong.
Por su parte, el R. Madrid tuvo que sudar sangre para llevarse los tres puntos del Benito Villamarín. El VAR, como en la mayoría de jornadas del pasado fin de curso, los volvió a salvar. Han disputado ya dos jornadas y los de Zidane aún no han encontrado estas buenas sensaciones necesarias para empezar a coger velocidad de crucero. O empiezan a entrar en dinámica o este curso harán el ridículo. Sin fichajes ni demasiados cambios en el equipo, la plantilla transmite la sensación de conformismo. Ser el actual campeón no es ninguna ventaja, más bien todo lo contrario. Los rivales saben quién es el rival a batir y sin trabajo y actitud este R. Madrid no hará nada si el VAR y los escándalos arbitrales no dicen lo contrario.
Confío en este Barça y desconfío del R. Madrid y, tal y como el sábado dijo Puyol, tendremos que hacerlo muy bien si queremos ganar.