Circula como chascarrillo interno, pero tampoco es difícil imaginarlo. La situación de Kosmos, la empresa de Gerard Piqué, es delicada. Después de romper, tras cinco años de matrimonio, con la Federación Internacional de Tenis (ITF) un contrato billonario que tenían marcado por 25 años, las deudas que acumula el exazulgrana pueden ser incalculables.

El plato fuerte de su negocio era la Copa Davis y ha fracasado antes de lo previsto. Primero intentaron justificarlo con las derivadas de la covid, pero tras la última edición del 2022, han tenido que admitir que el negocio no se aguantaba: jugadores de segunda en la pista, gradas totalmente vacías y sin sponsors de nivel. El mismo Rakuten ha roto relaciones con el Barcelona, pero también con Piqué y sólo mantendrá lo estrictamente firmado que se tenga que acabar de finiquitar. Por todo ello, desde Estados Unidos le han dicho que no ha cumplido el contrato y preparan una demanda millonaria. Veremos qué dice un juez, cómo se desarrollan los acontecimientos y quién tiene la razón, si la ITF o Gerard Piqué. Pero lo que es evidente es que aquellos que invirtieron le pedirán responsabilidades al de la Bonanova… Y muy bien parado a nivel empresarial, Piqué no sale teniendo en cuenta este desastre y los que ya acumulaba anteriormente en el terreno de los business.

Por todo ello, llegamos al ahora. Una Kings League que quiere reivindicarse como el gran negocio de Piqué. De momento, las visitas avalan su éxito y acumula millones de reproducciones. Pero tiene dos hándicaps: este éxito viene dado porque el contenido es totalmente gratuito y, por lo tanto, no es comparable con el producto de pago que da la Liga. Y en segundo lugar por unos partners muy menores a los que tenía en la Copa Davis. A la contra, cuenta con una cartera de patrocinadores más extensa que en el trofeo de la raqueta pero con ingresos muy menores que aportan cada uno de ellos. Y de aquí, el chascarrillo que circula en los círculos próximos a Kosmos: “Ni con 20 Kings League, Piqué recuperará el desastre de la Copa Davis”.

No deberían ser vasos comunicantes, pero lo son. Si finalmente el exazulgrana debe responder fiscalmente del problema con la ITF, no le tocará otra que sacar líquido de dónde sea. “The show must go on”, o esto es lo que quiere pensar Piqué cuando convierte las tertulias de la Kings League en un auténtico Sálvame, ficha esporádicamente a Ronaldinho o se plantea que sus jugadores lleven chalecos que reproduzcan la sensación de recibir una bala de pistola. Pero con todas estas ideas (de bombero o no), será imposible sacar a flote las deudas que acabe acumulando.