El Balón de Oro se ha convertido en una broma de mal gusto. Un desfile de atletas tatuados que se bañan en millones de euros y obedecen a los intereses de un organismo, la FIFA, cuyas corruptelas han sido y siguen siendo investigadas. Una pantomima.

Ni el Balón de Oro, ni el The Best, ni el premio a jugador más valioso de la UEFA tienen el más mínimo sentido a día de hoy. Los tres galardones individuales más prestigiosos del mundo coinciden en premiar a un mismo jugador sobre quién todo el mundo coincide en señalar que no es el mejor futbolista del planeta. ¿Para qué tanto premio si todos obedecen al mismo necio criterio?

Estos trofeos deberían hacer un lavado de imagen urgente y destinar un pequeño porcentaje de sus miles de millones de euros a una buena campaña de comunicación para explicar que su premio no va dirigido a reconocer al mejor futbolista del planeta. Ni siquiera al más decisivo.

Lo que reconocen el Balón de Oro y el The Best es simple y llanamente a un componente destacado de los equipos que han ganado –la Champions del Real Madrid– o más cerca han estado de ganar –el Mundial con Croacia– a lo largo de la última temporada.

Pero que no cometan la salvajada de decir que reconocen al mejor jugador del mundo porque comparar a Modric con Messi es como igualar una pata de pollo a la mejor pierna de jabugo. Siempre habrá alguien que prefiera el pollo. Pocos, probablemente.

Lo primero que deben hacer la FIFA, la UEFA y compañía es explicar a los que votan qué narices están votando. Porque viendo los resultados está claro que no lo saben ni ellos. “Vota al jugador que más ha ganado o al más decisivo de los equipos ganadores”, pero no al mejor del mundo.

Porque con exhibiciones como la de este sábado por la noche en Cornellà-El Prat queda más que patente que de mejor del mundo solamente hay uno. Su nombre es Lionel Andrés Messi Cuccittini.

El bueno de Modric, pobre, está a años luz de Messi y si tuviese una migaja de dignidad cogería ahora mismo ese preciado balón dorado que ostenta y lo llevaría de vuelta a Nyon.Disculpen señores de la FIFA, se han equivocado, creo que a mí no me corresponde esto”, debería decir.

Mientras Modric se arrastra este año por los terrenos de juego en un Real Madrid totalmente decadente, Messi siigue deslumbrando al mundo con sus genialidades inigualables.

Cristiano Ronaldo es el único jugador que, por resultado y no por juego, ha estado un poco a la altura de Messi todos estos años. Y, pese a ello, todo el mundo sabe que el portugués también debería devolver alguno de los trofeos que se llevó en su día.

Si el fútbol fuese justo y premiase verdaderamente al mejor del planeta, Leo tendría que tener los últimos 10 Balones de Oro. Como mucho, se debería quedar sin el de 2013, cuando estuvo lesionado. Y aún así fue segundo.

Que esta temporada Messi sea el quinto jugador más votado es un insulto al fútbol. Y con sus dos goles de falta directa ante el Espanyol y la exhibición de juego que dio, el astro argentino lo volvió a dejar patente este sábado. Por suerte, al rosarino le da igual.

Messi es cada vez más ajeno a esas menudeces. El crack se centra en seguir haciendo grande al Barça y sigue marcando registros para la historia: ya es el jugador que más veces ha marcado al Espanyol en Liga y también es el cuarto futbolista con más partidos de Liga ganados. Casi nada.