No se puede negar por más tiempo la evidencia. Leo Messi ya no es lo que era. Por mucho que en algunas emisoras de radio catalanas se empeñen en poner al astro argentino por las nubes cada noche de partido, la pasmosa realidad es que el astro argentino está en decadencia.
Lo dicen los números y lo dicen las sensaciones. Leo ha sido un futbolista mesiánico durante más de una época. El mejor del mundo, posiblemente de la historia. Hoy, Messi ya no desprende ese aura de elegido y se ha convertido en un jugador terrenal.
Sigue siendo el mejor jugador del Barça, posiblemente, aunque de momento no es el que más marca las diferencias. Ansu Fati y Pedri González, dos jugadores de 18 y 17 años, están teniendo unos porcentajes de acierto mucho más elevados que los de Messi. La frescura que desprenden es decisiva.
Si vamos a los números, hay datos reveladores. El Barça lleva seis partidos de Liga y dos de Champions. Messi suma tan solo tres goles. Los tres, de penalti. El astro argentino encadena cinco partidos consecutivos de Liga sin marcar ni repartir ninguna asistencia, algo que no sucedía desde la temporada 2006/07. Una de las primeras que disputó con el primer equipo, hace ya 14 años.
Si bien los resultados no son los más esperanzadores, tampoco las sensaciones acompañan. Es verdad que Leo se deja la piel y lo intenta insistentemente en cada partido. Pero nunca se le había visto perder tantos balones, estamparse tantas veces contra la defensa rival y tener tan desafinada la puntería. Contra el Alavés, el rosarino desesperó a muchos aficionados por los constantes errores que cometió ante la eficaz presencia de los centrales del conjunto vitoriano.
Messi ya no tiene un presidente que pueda salir a defenderle cuando las cosas vayan mal dadas. Por mucho que criticase a Bartomeu, éste siempre dio la cara por él y le impidió salir del Barça porque es el activo más importante del club, no solo en lo económico sino en lo simbólico. Pero también cayeron Kubala, Cruyff y Maradona. Debemos asumir cuanto antes que va a la baja. Messi ya no es lo que era.