Siempre se habla de Messi. Para bien o para mal, el astro argentino está a diario en boca de alguien, hasta por su barba. Ser el mejor jugador de todos los tiempos implica recibir miles de elogios, estar solicitado a todas horas y tener una exposición constante a las más feroces críticas.
Especialmente cuando va con Argentina. En su país, el mesías del Barcelona siempre ha estado cuestionado. Mirado bajo lupa. La presión del entorno se ha cebado con él y ha castigado las derrotas en finales como la del Mundial y las dos Copa América ante Chile. La empatía con él es nula en su tierra. Solo por el hecho de ser el mejor le exigen logros inhumanos.
En las últimas horas se han escrito muchas tonterías sobre Leo. Innecesarias críticas tras un mal partido amistoso de Argentina contra Venezuela en el que el astro argentino no jugó ni mucho menos al ciento por ciento. Arrastra unas ligeras molestias en el pubis, pero están controladas. Siente dolor pero no existe un riesgo de lesión mayor al de cualquier otro partido.
Pero las habladurías no son solo ataques post partido. También en la previa del choque se dijeron cantidad de sandeces. Puras especulaciones para generar nueva carnaza sobre el 10 de la albiceleste.
Que si Messi solo viaja con Argentina para la presentación de la nueva camiseta de Adidas, que si Messi tiene un contrato por el cual está obligado a disputar al menos 10 minutos de partido... Muchas afirmaciones que se hacen en balde. Desde el entorno de Messi las desmienten.
Fuentes muy próximas al astro argentino explicaban a Culemanía antes del partido que únicamente está con la selección porque “lleva esa camiseta muy adentro del corazón”.
Ni por cuestiones comerciales, ni por quedar bien con nadie. Él no lo necesita. “Messi hace lo que le apetece, lo que siente”, expresan contundentes. Porque no tiene por qué hacer otra cosa. Tiene 31 años y no hay aspecto comercial que pueda aliviar el sufrimiento que padece con la selección.
Ni necesita el dinero ni le debe tanto a Adidas como para poner en juego su imagen. Simplemente va con Argentina por amor. Era un secreto a voces que volvería y desde que dejó el combinado ha ido haciendo guiños a la selección a través de publicaciones en Instagram. Es un forofo más de la albiceleste y por eso regresa, a pesar de que sabe que muchos le esperan con los sables afilados.
Una presión insoportable que solo el tipo más firme tolera. Y cuando dicen que lo hace por cuestiones comerciales, desde su entorno se ríen y responden a la contra: “Por eso no participó en la Copa Adidas entre México y Argentina, ¿no? De verdad, no hay nada de eso. No le hace falta”. También entonces se especuló con que Messi acudiría a la llamada de Scaloni y quedó patente que no fue así.
Como desde Barcelona le han criticado por ponerse en riesgo, cuando él es quien mejor conoce su cuerpo y se cuida para estar perfecto de cara a la Champions. Messi es el primero que mira por el Barça, el que más implicado está en la conquista de títulos y se ha ganado con creces no ser puesto en duda tras muchos años dando ejemplo.
Dejen de meterle presión. Dejenlo tranquilo. Messi hace lo que le da la gana. Y punto.