Es el segundo máximo asistente del FC Barcelona con nueve pases de gol en lo que va de curso, tan solo superado por Leo Messi (13). La sociedad que conforman ambos es letal.
Es el tercer jugador de campo con más minutos en las piernas, tras Gerard Piqué (2.070) y Sergio Busquets (2.005). Acumula la nada desdeñable cifra de 2.000 minutos exactos disputados.
Es el futbolista que hizo rectificar al testarudo Luis Enrique, empeñado en dejarlo fuera de las convocatorias con la Roja. Es el gran Jordi Alba.
Sus números hablan por sí solos. Las sensaciones que deja sobre el césped después de cada partido, también. Infatigable, el de L'Hospitalet es un portento físico imprescindible para el juego del Barça en ataque y un seguro de vida en defensa.
Especialista en enmendar los errores de sus compañeros en la retaguardia, Alba ha logrado consagrarse en el primer equipo a fuerza de trabajo, constancia y disciplina. Tal es la confianza que tiene en él depositada Valverde que ni siquiera se le fichó un recambio este verano.
Por todo ello se hace extraña la prolongada demora que se produce en su renovación. Un futbolista irreemplazable a día de hoy está a solo un año y medio de marchar con la carta de libertad. Sus pretensiones económicas son elevadas, consecuencia de una gestión errática. Sus quejas también lo son.
Todas las vacas sagradas del vestuario, los denominados titulares, han ido siendo renovados con antelación suficiente como para que no hubiese sustos. Alba es la excepción que confirma la regla.
Jordi Alba fue presentado como jugador del Barça por Bartomeu, siendo aún vicepresidente deportivo, y por Andoni Zubizarreta / FCB
Formado en La Masía, marchó a los 16 años del club porque alguien concluyó que no daba la talla. Tras pasar por el fútbol base del Cornellà y fichar por el Valencia, Alba demostró de lo que era capaz y el Barça lo repescó en 2012, a los 23 años. Desde entonces no ha parado de crecer.
Curiosamente, Alba es prácticamente el único fichaje rentable que ha contratado el club procedente de Mestalla. Futbolistas como Domingo Torredeflot (1935), Ignacio Llácer (1940), Vicente Sierra (1942), José Manuel Pesudo (1961) y Robert Fernández (1986) cambiaron Valencia por Barcelona durante el siglo pasado. Ninguno de ellos dejó una gran huella en la entidad.
A partir del siglo XXI, llegaron nombres más pomposos al Camp Nou con el viento de levante. Normalmente, a cambio de grandes desembolsos económicos: Gerard López (21 millones de euros), David Villa (40), Jordi Alba (14), Jeremy Mathieu (20), André Gomes (37), Paco Alcácer (30) y el último, de momento cedido, Jeison Murillo (1,2).
El defensa Jeison Murillo el día de su presentación como jugador del Barça / EFE
Jugadores que han pasado por el Barça con más pena que gloria exceptuando a Villa, que rindió a gran nivel en su primer año siendo titular en la conquista de la cuarta Champions en la historia del club. Sin embargo, al año siguiente una grave lesión de tibia lastró la carrera del Guaje y le condenó a dejar el Camp Nou tres años después de su fichaje a un precio irrisorio.
Alba es de todos ellos, y salvando la excepción de Murillo, el que más barato salió. Con diferencia. También ha sido el más rentable. Con mucha diferencia. Es la excepción que confirma la regla.