Ídolo de masas. Como esa estrella del Rock que, después de unos años de parón debido a una crisis creativa, decide volver a los escenarios. Entre tanta crisis, cuchilladas y destrucción en los aledaños del Camp Nou, cuesta un poco de creer, pero en los campos que fueron arrasados ya se intuye como nuevamente empieza a florecer ilusión.
No vuelve a los terrenos de juego, pero Henrik Larsson volverá a ponerse al servicio del FC Barcelona 14 años después de abandonar el club con la segunda Champions League de la historia de la entidad bajo el brazo. Aquella que se ganó debido a su irrupción magistral en el segundo tiempo junto a la de Andrés Iniesta y donde el ariete sueco regaló las dos asistencias que propiciaron los goles de la remontada. Fueron solo dos años y ni siquiera era titular, pero dejó una huella imborrable.
A la versión adolescente del que escribe estas líneas le gustaba apodarlo Henrik Larsson sentencia de muerte porque su estilo de juego rezumaba las más finas habilidades de un killer puro. Un matador del área. Profesional, trabajador y ejemplar, fue un suplente de lujo para Eto’o y se ganó al barcelonismo sin hacer ruido. Hablando en el campo, y siendo muy discreto fuera del cuadrilátero.
Curiosamente, da la sensación que el propio Larsson desprende más ilusión que el propio Koeman –cosa que no tiene demasiado sentido teniendo en cuenta la importancia del holandés en la historia del club– y, aunque no tenga mucha experiencia en los banquillos, todo el mundo sabe que es un hombre de fútbol. Que corre por sus venas. Que su aportación no puede ser más que positiva.
Precisamente en el momento en que se va Abidal, convertido de héroe a mártir tras dos años al frente de la secretaría técnica, aterrizan en el Camp Nou otros dos mitos del barcelonismo. Leyendas clave en las conquistas de la Copa de Europa del 92 en Wembley y la Champions de París 2006.
Muchos dirán que ahora ya no quedan motivos para ilusionarse. Que la actual junta directiva no está legitimada para seguir tomando decisiones. Que el apocalipsis ya está aquí. Pero, qué quieren que les diga, esto es el Barça. Koeman y Larsson han vuelto para rescatarlo. Toca vibrar.