Ferran Torres, 23 años. Tenía 21 años cuando aterrizó en el Barça procedente del Manchester City donde tenía un contrato hasta junio del 2024. El club británico se hizo con el jugador procedente del Valencia en agosto de 2020 por 23 millones de euros fijos más 12 en variables. Con el Barcelona, llegó al conjunto catalán por lo que restaba de la temporada 2021-22 y cinco más, es decir, hasta junio de 2027.

El movimiento de mercado del Barça para hacerse con los servicios de Ferrán Torres supuso 65 millones de euros, entre fijos y variables, y además acompañado de una cláusula de rescisión de 1.000 millones. Un pago, el de 65 millones que se negoció para pagar en cuotas progresivas y no todo de golpe.

No han pasado dos años y el Barcelona se lo quiere quitar de encima. La cláusula de 1.000 millones parece una broma de mal gusto y los 65 kilos no se recuperarán en la vida. Pero antes de quedarse con una persona no apta para un club como el Barça y seguir gastando del Fair Play Financiero, más vale ratificar… Que dicen que es de sabios.

Y aquí está la respuesta a las alineaciones de los últimos partidos que presenta Xavi. El club quiere promocionar, como sea y a toda costa, a Ferran Torres con la esperanza que alguien pique en el anzuelo y se pueda empaquetar a un jugador que todo el mundo, incluso los socios y socias, les crea rechazo. El último detalle fue ver cómo discutía con Ansu Fati por marcar un penalti, acabó teniéndolo y lo envió a la luna de Valencia… Y nunca mejor dicho por aquello de sus raíces.

Xavi tiene más que pactada la estrategia con el presidente Joan Laporta: mostrar al mundo en encuentros ligueros, siempre menores a un clásico o una competición europea, que Ferran es apañado para jugar en algún equipo menor. Las próximas ventanas de mercado serán claves y, si hace falta, el club también está predispuesto a sacárselo de encima antes… Total, el Barcelona está sobreviviendo con una falta de delanteros brutal e incluso con la lesión del francés Dembelé.

Por todo ello, la titularidad de Torres y la no titularidad de Ansu son vasos totalmente comunicantes. Xavi no quiere al primero, por eso lo promociona, para sacárselo de encima. En cambio, Xavi sí quiere al segundo, pero este no pasa por su mejor momento. A los problemas del pobre Ansu Fati derivados de su lesión crónica en una rodilla, se suma que mentalmente está muy tocado de todo lo vivido y necesita tiempo y relajación para volver a confiar en su enorme potencial.

Con las alineaciones, el de Terrassa habla claro, pero se deben saber interpretar. En ningún caso, los jugadores que más minutos o titularidades tienen, son los grandes activos para el entrenador. Todo lo contrario. Donde Xavi sí marcará perfil y se verá en quién confía o no es en el Clásico. Y este domingo, en el Camp Nou, se verán muchas cosas.