Las maletas para Castelldefels y los niños, con una preinscripción en una escuela catalana. En paralelo, las personas de confianza que llevan el día a día de los cuidados estéticos y el personal shopper de Antonella ven cómo su contrato no peligra si siguen trabajando desde Barcelona y la familia, los Messi, siguen ampliando su radar de negocio y estabilidad en este puente que se ha convertido la capital catalana con Rosario. Lo que los Messi tienen claro con todo esto es que en París no se quedan y ya tienen prisa por marcharse. Y si lo único que sabes es que no quieres ir a un sitio, ¿cuál es la mejor opción? Largarse de él. Y esto es lo que están haciendo tras su paso por un PSG que nunca ha sabido, con o sin el astro argentino, entender lo que es jugar en equipo.
Mientras los Messi esperan, divagan y reflexionan sobre su nueva aventura, el campo de operaciones base es Castelldefels y todo un entorno azulgrana donde se encuentran como pez en el agua. Están ansiosos de reencontrarse con los Suárez en el Chalito de Castelldefels y todos saben que si alguien quiere ver a Leo en Europa, la condición es desplazarse hacia aquí. Entre tanto, es normal el runrún provocado por su retorno como jugador azulgrana, pero más allá de que se pueda pagar en diferido su contrato, hay una herida demasiado abierta con la directiva actual de Jan Laporta para retomar cualquier esperanza. Y por la parte de Laporta, tampoco moverá ni un dedo teniendo en cuenta la situación económica actual.
El dinero lo cura y lo cambia todo de un día para otro. Pero debemos tener en cuenta que, como los bebés, Leo viene de París bajo un pan en el brazo y algunos condicionantes imposibles de cumplir desde un punto de vista de la viabilidad: la renovación de Sergio Busquets con la misma nómina actual; la continuidad de un Jordi Alba que va pregonando por los pasillos que está dolido con la condición de actor secundario que ha tenido en los últimos meses; lo que Leo marque con los futuribles de la Masia y el rol que puedan tener en este encaje de bolillos.
Me sorprende de todo este collage de personas, relaciones y condiciones el papel de Xavi. Crítico desde un punto de vista profesional con ciertas actitudes de la etapa final de Leo, cuando el equipo no estaba motivado ni para entrenarse, ahora parece ser el firme defensor de su retorno. El de Terrassa, mejor que nadie, conoce los motivos técnicos por los que puede imaginarse tener al argentino en el equipo. Pero, a priori, le condicionará un esquema táctico difícil de resolver.
Lo que digo siempre: una cosa es querer, la otra poder. Y más allá de los deseos de unos y otros, los caminos profesionales están demasiado alejados, aunque a Leo lo tengamos tan cerca.