Cuando el río suena, agua lleva. Y cuando tocamos la realidad y el día a día del club, todavía más. Pero lo que me parece desternillante es que ya sea el hazmerreír público la poca concentración de Arthur para rendir dentro del campo. La última es ver cómo circula por twitter su perfil en Wikipedia donde llegan a detallar los teóricos motivos por los que no juega, una enfermedad de transmisión sexual, aunque obviamente nadie lo puede confirmar con pruebas médicas.

No nos quedemos en lo que tenga y deje de tener. Centrémonos en que se confirman tres semanas más de baja por una misteriosa pubalgia que es aquel recurso típico que dan los partes médicos cuando quieres esconder la realidad. O eso o gastroenteritis, no falla.

Lo que me parece preocupante es que el relevo de Xavi Hernández, así lo bautizaron los que se dan por enterados, no rinde. Y recuperar al brasileño es clave para el medio campo azulgrana. Esperanzas hay: es joven y tiene talento. Pero más allá de recuperarse, de lo que tenga, tiene que cambiar su manera de entender, al fin y al cabo, una profesión de tanta exigencia física y psíquica como es el fútbol. De entrada, debe mimar su propia imagen y no ser el compañero de fiestas cuando Neymar viene de visita a Barcelona y Arthur está a las puertas de una jornada liguera. También en la tarea de recapacitación debe darle su apoyo la familia. La madre se lamenta por twitter de que a su hijo no le dan suficiente cancha y que solo se premía el mérito de Messi. De verdad, que alguien les cuente lo que en catalán decimos que es el "seny".