Amazon acaba de estrenar el documental sobre la centrocampista del Barça Alexia Putellas, la dos veces mejor futbolista del mundo (por ahora). Y el suyo es el claro ejemplo de la estrella que pasa prácticamente del anonimato a ser un referente mundial. De hecho, cómo iba ella siquiera a imaginar que se dedicaría al balompié si no tuvo referentes para soñar con ello. No debe ser fácil gestionar la fama, y mucho menos cuando no es buscada. La parte positiva es que ese impulso le ha llegado en una etapa de madurez, y no con 15 años. Y, además, está muy bien rodeada y arropada en cada paso que da.
Alexia se interesó por el fútbol en el mismo momento en el que lo probó. Y se le daba bien. Así que comenzó a formarse no solo en el campo, sino fuera de él, casi de forma autodidacta, comentando los partidos con su padre. Pero, a dos meses de fichar por el Barça, su progenitor falleció. Fue un duro golpe para ella. Muy duro. Pero se refugió en el balón y se repuso, no tenía más remedio, e incluso esta tragedia le permitió focalizarse en el objetivo de triunfar con la camiseta azulgrana. Ambos tenían un sueño compartido por el que luchar, y ella peleó para conseguirlo.
No solo eso, sino que es posible que este episodio le ayudara a potenciar sus cualidades, su profesionalidad, su disciplina y hasta su obsesión con el fútbol, que para ella no es un trabajo y lo podría practicar las 24 horas del día los siete días de la semana. Solo así ha pasado de ser una buena jugadora a ser la mejor del mundo, un referente para las niñas y para la sociedad en general, tanto en España como fuera. No le gusta el ajetreo que conlleva su fama –multitud de actos, entrevistas…–, porque ella vive por y para el deporte, pero asume que exponerse es necesario no para ella, sino para el mundo. Todo pasa por algo.