Todo lo que pasó en la noche del sábado pasado en el Camp Nou resultó maravilloso. El éxtasis vivido por los más de 91.000 aficionados en el momento de celebrar un nuevo título de Liga del Barça. El júbilo retratado en la cara de Ernesto Valverde cuando el Barça por mediación de Messi marcó el gol del triunfo ante el Levante, con el que puso punto final a la Liga tres jornadas antes de su culminación. Ese último minuto con un balón al poste de los visitantes que encogió el corazón del campo y habría despertado a los aficionados de la embriaguez en la que estaban sumergidos. La gloria alcanzada por unos jugadores que han sumado 8 títulos de los últimos 11 disputados. La fantástica traca final con un castillo de pirotecnia, que junto a las linternas de los móviles de todos los asistentes, iluminó un campo que esta temporada solo tiene páginas bellas para contar. Todo pareció una fantasía, un cuento de ensueño experimentado por un público que deseaba vivir una noche llena de pasión y frenesí.
Pero hay algo que superó la excitación. Detalles improvisados que completaron la felicidad del barcelonismo en la noche del 27 de abril. Imágenes que han reproducido los mismos jugadores que una vez terminado el partido exhibieron su alegría en toda su efervescencia. Ver a los hijos de Messi correr hacia su padre, abrazarlo de una forma emocionada, besarlo como si no lo hubieran visto hace tiempo, no solo pone los pelos de punta. Seguramente muchos aficionados también se habrían lanzado en busca de un abrazo de Messi, el auténtico artífice de este gran Barça. Ese desfile de felicidad mostrado por los hijos de los protagonistas, quizás también lo hubiera hecho Jan, el hijo de Dani y nieto de mi amigo Alberola, que ya al día siguiente se jactaba: “Mi nieto, que todavía no ha cumplido dos años, ya ha visto ganar dos Ligas al Barça”, o como Hilario, que va a cumplir 60 el próximo noviembre, que me envió un mensaje diciéndome: “En 30 años solo celebré dos Ligas, la de Cruyff del 0-5 en el Bernabéu y la de Venables en el ‘Urruti t’estimo”. La gran realidad es esa. La historia de este club tiene un antes y un después de Leo Messi. La estadística no miente. Desde que viste de azulgrana el Barça ha conquistado con Messi 10 de los últimos 15 títulos de Liga.