Ya se ha hablado largo y tendido de la ausencia de Leo Messi en el Liceu durante la gala del 125 aniversario del Barcelona. El argentino no quiso regalarle la foto del reencuentro a Joan Laporta y declinó la invitación alegando compromisos comerciales. Pero la del 10 no fue la única ausencia importante.

De todos los Balones de Oro de la historia del club solo acudió a la cita Hristo Stoichkov. Ni Rivaldo, ni Ronaldinho ni por supuesto Leo Messi. Ampliando el foco, tan solo tres futbolistas de los diez con más partidos de la entidad acudieron a la platea del Liceu: Xavi, Gerard Piqué y Carles Rexach. Ni rastro de los azulgranas que viven en Miami, tampoco de Carles Puyol, ni de Víctor Valdés, los integrantes más longevos del mejor Barça de la historia.

Sí asistió al acto Ronald Koeman, el héroe de Wembley. Como Xavi Hernández, lo hizo más por respeto a la institución que por su relación con el presidente actual. Pude conversar con el seleccionador holandés tras la gala y me insistió en que la herida sigue abierta y tardará mucho en volver a pisar el campo del Barça, sea Montjuic o el Nou Camp Nou.

De los goleadores del Barça en finales de Champions (ganadas) solo acudieron él y Belleti, el actual entrenador del Juvenil del club. Ni Eto'o, ni Villa, ni Pedro, ni Rakitic, ni Neymar, que por cierto, estaba en Barcelona. A todos estas bajas se sumaron las de figuras como Luis Enrique, Iniesta, Guardiola, Gary Lineker o Romário.

Cada uno tendría sus motivos de peso para faltar, pero son demasiadas bajas de peso para un acto tan importante como el del pasado 29 de noviembre. De los ilustres convocados, sí aparecieron Jordi Cruyff, Frank Rijkaard, Patrick Kluivert o Rafa Márquez y todos los presidentes vivos del club, incluido Josep Maria Bartomeu, desaparecido de la esfera pública desde que dimitió. Cabe reconocer que la responsabilidad institucional de todos ellos fue un bonito detalle.

El evento fue bonito, como siempre que se hace exaltación del sentimiento barcelonista. Fue una buena idea que apareciera Gamper, interpretado por Peris de El Cor de la Ciutat. También aportaron un punto necesario de humor los guiñoles de Johan Cruyff y Rexach del Crackovia. Y se eligió un himno bonito para las vitrinas del club. Sin embargo, faltó una puesta en escena alucinante y una actuación que fuera recordada para siempre, como la de Serrat en el Centenario.

Fue una gala emotiva, pero que, entre las ausencias (sonadas) y la poca ambición que transmitió, no será recordada durante años. Sin embargo, la ausencia de tantos vips contrasta con la presencia de dos personas que viajaron expresamente hasta Barcelona para asistir al acto. El primero es Adnan Ahmadza, empresario de Azerbaiyán y propietario del fondo de inversión ABDA Invest Holding. Durante el último parón de selecciones, el empresario ejerció de anfitrión del presidente Joan Laporta durante su visita a la conferencia de las Naciones Unidas sobre el cambio climático de Bakú.

También estuvo invitado a la gala el miembro de la familia saudí Abdullah Saad Abdulaziz Al Saud, que en los últimos meses ha visitado varias veces el palco y al que esta misma semana han hecho socio del club. Ojalá estas invitaciones ayuden a aliviar los problemas de Fair Play del Barcelona en enero.

Sorpasso sindical 

El pasado lunes se celebraron las elecciones sindicales en el Barcelona. Ganó UGT y la nueva presidenta, a partir de enero, será Susana Berniola. La Unión General de Trabajadores tendrá diez representantes en el comité mientras que Comisiones Obreras estará representado por siete personas. Votaron 372 personas, UGT logró 221 apoyos y CCO 143. Siete votaron en blanco y una papeleta fue declarada nula.

Es un cambio importante dentro del club ya que Jaume Feliu, que llevaba 24 años a cargo del comité de empresa, ha perdido su plaza. En la situación de penuria económica que se encuentra el club, el hombre que ha estado lidiando entre los trabajadores y las diferentes directivas durante un cuarto de siglo, ya no estará.