El Barça, nuestro Barça, cumple 125 años de historia, 125 años llenos de emoción, títulos, identidad, resiliencia y aprendizaje; 125 años de la construcción diaria de un espíritu propio, un estilo con sello de identidad y una escuela de valores y catalanidad de la que sentirse orgulloso alrededor de todo el mundo, un club único o, como queda claro con el eslogan: Més que un Club.

Hoy el Barça es una entidad global enorme, seguramente mucho más grande que lo que el fundador Joan Gamper pudo haber llegado a soñar en su momento, y pese a que prácticamente se trata de una empresa multinacional que debía adaptarse a un mercado internacional, el Barça sigue siendo lo que siempre ha querido ser, un club catalán con valores, estilo propio y un adn muy marcado, que importa estos valores por todo el mundo.

125 años darían para una novela entera en lugar de un artículo, pero es bonito recordar algunos momentos que tienen un fuerte componente emocional personal, pues la frase de “ser culer desde la cuna” es completamente real, somos blaugranas desde que nacemos y vivimos este sentimiento como una parte importante de nuestra forma de ser, nuestros valores, creando recuerdos familiares imborrables que unen diferentes generaciones.

Sirva este artículo más nivel personal para recordar que yo también fui un niño blaugrana de cuna, que tenía todas las promociones de artículos del Barça que se hacían en los años 90 y 2000 en los periódicos porque mi abuelo Francesc Reguant en paz descanse me los compraba todos y los lucía con orgullo de saber que lo que llevaba era mi equipo, el Barça. Hoy, además, los luzco porque son un regalo de mi abuelo, una persona que, desde el gran cariño que tenía a su nieto, le enseñó también los valores que representa este club y el ser blaugrana.

Nadie olvida la primera vez que va al Camp Nou (en mi caso, un fatídico Barça 1-2 Mallorca de mayo del 2003 con mis padres, con Radomir Antic en el banquillo y luchando para entrar en la UEFA), la impresión que causa el templo a un niño de corta edad y lo mucho que esos recuerdos forman parte de tu vida, o las historias de tu padre con el Barça de Johan Cruyff, que tenía ídolos que tú no pudiste ver como Hristo Stoichkov y te explica sus momentos preferidos.

La historia blaugrana tiene grandes momentos que serán recordados, desde el Dream Team al Barça de Pep Guardiola y Leo Messi; Kubala que obligó a construir el Camp Nou, la llegada de Cruyff o la sonrisa de Ronaldinho, temporadas en las que nuestro estilo maravilló al mundo entero hasta el punto que, pasan los años y sigue siendo la gran referencia internacional de lo que es el mejor fútbol nunca visto.

Ser del Barça es mucho más que ser de un club, es formar parte de unos valores, de dar importancia a la Masia, de tener un estilo de juego propio, valorar la victoria porque significa ganar frente a todo y defender la catalanidad donde sea como un valor a tener de cuenta, eso es ser del Barça y todo el mundo es bienvenido aquí.

El Barça afrontó momentos decisivos a lo largo de los 125 años de historia, momentos muy complejos como la guerra civil o la dictadura, pero estos valores permanecieron allí, defendiendo lo que parecía imposible, manteniendo la esencia e incluso, sumando apoyos a las diferentes causas, estando siempre junto a lo que se defendía y su gente.

El Barça es parte de la historia de este país, de sus reivindicaciones sociales, su progreso, y debe formar parte de todo lo que nos venga, como, por ejemplo, seguir trabajando en la igualdad entre hombres y mujeres, con equipos femeninos potentes y una Masia cada vez más grande, adaptada a los nuevos tiempos.

Tal vez los actos de aniversario que se han visto hasta ahora han sido muy institucionales, pero, aunque deban ser así, la afición también quiere disfrutar de este aniversario, con lo que el club haría bien en preparar ciertos actos o actividades para hacer con su afición y así, enseñar a la próxima generación lo que es ser del Barça y llevar estos colores, algo que se vio claro el sábado en Montjuïc contra Las Palmas (sin grada de animación).

Reconozco que no me han gustado ni el cartel del 125 aniversario, ni la mascota ni las canciones, aunque la apuesta y la forma de presentarlos junto a TV3 y en el Liceu ha sido un total acierto.

Viendo con perspectiva las canciones, carteles y demás elementos de otros aniversarios, es muy probable que los del 125 aniversario caigan en el olvido con el tiempo, mientras que el gran himno del Barça permanecerá y debe permanecer, como un elemento inmutable al paso del tiempo, que los más pequeños aprenden casi al mismo tiempo que empiezan a andar.

Seguramente el gran regalo de cumpleaños será la vuelta a casa, nuestro Camp Nou que hoy sigue en obras pero que, esperemos, en un par de meses volverá a sentir el calor de una afición que lo ha echado de menos y rugirá en las grandes noches europeas que nos deben llevar hasta Múnich.

Porque forma parte de nuestro ser, de nuestra sociedad; porque siempre ha estado allí, incluso cuando era más difícil; porque nos enfada y nos hace felices; porque defiende lo que muy pocos se atreven, fomenta valores, aprendizaje, crecimiento, catalanidad, reivindicación, y, porque es nuestro equipo: ¡Feliz cumpleaños Barça!