Para llevar el brazalete de capitán, hay que estar en el campo. Uno puede ser capitán, pero a la sombra, o tener ascendencia en el grupo por su veteranía o galones, pero difícilmente lucirá el brazalete si no juega. Este pedazo de tela, que luce los colores de la senyera, identifica al jugador con más peso en el campo, el portavoz de sus compañeros, el encargado de abanderar al equipo y la extensión del entrenador en el terreno de juego.
Esta temporada, ese honor iba a recaer por derecho propio en Marc André ter Stegen, pero una desafortunada lesión, ha obligado a buscar un digno poseedor del brazalete. Y ese honor ha recaído en Raphinha: el tercer futbolista con más minutos en la plantilla, después de Íñigo Martínez y Robert Lewandowski.
La incomparecencia absoluta de Frenkie de Jong, cada día más ausente, ha permitido a Raphinha hacerse dueño y señor del brazalete. Sus compañeros le aplauden y las gradas le ovacionan. Hacía muchos años que no había un consenso tan general sobre la idoneidad del brasileño como capitán y portador del brazalete.
Está por ver qué pasará cuando Ronald Araújo regrese a los terrenos de juego. Si no hay ningún contratiempo, el central charrúa podría estar ya recuperado de cara a la próxima semana, con los partidos contra el Mallorca y el Betis en el horizonte. El charrúa es uno de los capitanes y el orden jerárquico le sitúa por encima de Raphinha. Eso quiere decir que cuando salte al terreno de juego, el brasileño le cederá el brazalete, como ya hace en las pocas ocasiones que entra Frenkie.
El caso de Araújo, sin duda, traerá cola. Más que por el tema del brazalete, que también, porque le va a costar Dios y ayuda entrar en el equipo. Ahora mismo, tanto Pau Cubarsí como Íñigo Martínez son insustituibles, por lo que si no media alguna lesión o sanción por en medio, parece muy complicado vislumbrar una titularidad del uruguayo a corto y medio plazo. Siendo realistas, uno ya piensa en la Copa del Rey, que el Barcelona jugará la primera semana de enero, aunque el encuentro contra el Leganés en Montjuïc de mediados de diciembre también podría ser un escenario adecuado.
Pase lo que pase de aquí en adelante, está claro que Araújo podrá ejercer de capitán en el vestuario, pero en el campo, los galones los llevará un brasileño renacido de las cenizas, cual ave Fénix, con o sin brazalete por en medio.