Vuelve el fútbol de clubs tras otro inoportuno y pesado parón de selecciones con un Celta-Barça donde aflora un nombre a parte de los Lewandowski, Raphinha, Koundé, Casadó, Pedri y compañía, el de Òscar Mingueza.

El joven canterano del Barça de 25 años, con contrato hasta 2026, parece que ha encontrado su mejor versión en Vigo, después de su debut con la camiseta blaugrana bajo las órdenes de Ronald Koeman, hasta el punto de que sus buenas actuaciones, asistencias y goles no han pasado inadvertidas por el seleccionador, que ya lo ha convocado para la Nations League.

Ciertamente la actual versión de Mingueza ya no es la de un chico joven recién salido de la Masía con ganas de despuntar en el Camp Nou, sino de un defensa mucho más maduro, con capacidad para asumir los galones, defender con solvencia y sumarse al ataque de forma inteligente, cualidades que le han valido para que su nombre forme parte de los rumores del mercatto, tanto blaugrana como de otros equipos.

Muchas cosas han pasado desde que el defensa de Santa Perpètua de Mogoda debutara en el primer equipo del Barça en noviembre de 2020, fue en Champions League a domicilio ante un Dinamo de Kiev, en una ciudad entonces sin guerra, donde Koeman le dio entrada a la vista de las lesiones que tenía en la defensa.

Su aparición precisamente no fue nada mal, llegando a acumular hasta 66 partidos con el primer equipo, aunque con Koeman no fue todo de color de rosa. Recordamos alguna bronca totalmente fuera de tono a un jugador que todavía era del filial, en una época que, sin público, se escuchaba todo.

Como otros jugadores, entrar en dinámica del primer equipo por necesidad y no por convicción no es nada fácil. Y, aunque ese sea tu sueño y quieras demostrarlo, no siempre es posible. Con Xavi sus apariciones fueron escasas, hasta que el de Terrassa le transmitió que no contaban con él y decidió irse al Celta, una operación que salió gratis a los celestes, pero donde el Barça se reservó un 50% y donde tras alguna temporada con dudas parece haberse reencontrado con aquel jugador que prometía en los primeros partidos con Koeman. Es más maduro y da garantías, hasta el punto que la secretaría técnica se ha planteado su vuelta.

Sinceramente siempre les deseo lo mejor a los jugadores de la casa que el club decide que no deben continuar, con la esperanza también de que, con minutos y confianza, puedan regresar algún día y vestir los colores del Barça, algo que con Mingueza parece estar más cerca.

Como afición haríamos bien en respetar a los jugadores que abandonan el club sin que ellos lo decidan, pues nunca sabemos cuál será el camino correcto o lo que les depara el futuro futbolistas como Mingueza, Cucurella, Bartra o Riqui Puig, culés de toda la vida que querían triunfar en el Camp Nou, pero han tenido que buscarse la vida en otro sitio para madurar, mejorar y demostrar que el sueño podría cumplirse.

Teniendo en cuenta que fue el club y no el jugador el que decidió que había que darle salida, además de que el Barça se reservó el 50% de sus derechos, el regreso de Mingueza es una opción real, aunque evidentemente el lateral derecho parece reservado a Koundé y el izquierdo a Balde. Pero, en la actual plantilla, no existe un tercer lateral del primer equipo (Héctor Fort y Gerard Martín tienen ficha del filial).

La primera pregunta debería ser saber qué intenciones tiene Flick, principalmente con Héctor Fort. Por el momento, no parece que termine de confiar en él, y, por lo tanto, habría que valorar seriamente si lo mejor para este joven con proyección no sería tener una temporada en primera división donde acumular minutos de calidad, con una cesión que el Barça pueda vigilar de cerca. Al final, salir cedido para ganar minutos y confianza es sólo un camino más al éxito que el club blaugrana debe explorar más a menudo.

Llegados a este punto, Mingueza puede ser un recambio de muchas garantías para Koundé, Balde e incluso el eje de la defensa, donde puede haber movimientos de mercatto para hacer caja; recuperando a un jugador que ha demostrado su sentimiento culé y que ya está maduro para regresar a su casa.

Al fin y al cabo, el camino de cada jugador es diferente, Mingueza podría regresar porque nunca quiso irse, sería una operación a un coste bajo, para conseguir un jugador de garantías que haría subir el nivel de la defensa de Flick, con la madurez del que ha trabajado duro fuera de casa para seguir con el sueño que tenía de niño.