A punto de llegar a otro pesado e inoportuno parón de selecciones, el Barça llega con unas fantásticas sensaciones a este mes de noviembre, con victorias de mucho prestigio y con la Masía como protagonista de este nuevo equipo.
No parece casual que la primera palabra que Hansi Flick aprendió a pronunciar en catalán fuera “Masía”, es la columna vertebral de un equipo que, de seguir así, puede hacer grandes cosas, y que hasta la fecha ha sido clave en el conjunto blaugrana.
Durante estos primeros meses de Flick al frente del Barça, hemos visto muchos partidos en los que podíamos mirar al banquillo y prácticamente no conocer los nombres de los jugadores que se encontraban sentados junto al técnico, pero lejos de ser un problema es una muestra más de la gran confianza del entrenador con la Masía y los jugadores que pueden subir al primer equipo.
Gerard Martín, Sergi Domínguez, Héctor Fort, Andrés Cuenca, son algunos de los jugadores que han contado con la confianza de Flick que se unen a otros jóvenes que se han ido ganando un puesto en el primer equipo, como Iñaki Peña, Balde, Cubarsí, Gavi, Marc Casadó, Lamine Yamal, Ansu Fati, Dani Olmo, Eric Garcia o incluso, Marc Bernal; todos, talentos surgidos de la cantera blaugrana.
Todos los grandes equipos del Barça que han llegado a hacer historia en nuestra institución han tenido una importante ascendencia de la Masía, pues es en la cantera culer donde se han formado grandes puntales del fútbol a internacional que han dirigido a los blaugranas magistralmente y lo han hecho de la misma forma en la que se les ha enseñado desde pequeños, con un estilo de juego muy marcado, un ADN singular, unos valores y una actitud diferencial.
Evidentemente no todos pueden alcanzar la cima ni tampoco todas las generaciones son iguales, a veces hay ciclos, pero en la actualidad estamos ante un grupo de futbolistas que puede marcar una época, que juegan como si estuvieran en el alevín y no necesitan verse para encontrarse, factores idénticos a otros equipos del Barça que han llevado muchos éxitos a la afición.
Quién no nos dice que los actuales Cubarsí, Gavi, Olmo Casadó y Lamine pueden ser el relevo generacional de Puyol, Xavi, Busquets, Iniesta y Messi, llevando a este Barça a lo más alto, manteniendo el modelo que instauró Cruyff, que siguió Guardiola y que ahora persigue Flick, un equipo con todas las letras.
La Masia es esa entidad que, nombres aparte, permanece inmutable en el ideario blaugrana, formando y llevando al primer equipo a generaciones que tomarán el relevo a la anterior, que seguirán siendo la columna vertebral del equipo, con su estilo, su ADN, valores, trabajo y actitud, que guiará el faro del siguiente Barça.
La situación económica del Barça es muy delicada, pero los chicos de la Masia se han erigido como un valor que cotiza al alza que mantiene el Barça en la cima y aseguran el futuro de la entidad a coste prácticamente cero.
No en balde, Josep Lluís Núñez apostó por el sistema de la Masía en 1979 como una inversión económica para no gastar dinero en traspasos millonarios, creando a los grandes talentos en lugar de fichándolos, lo que hoy resulta de gran ayuda.
Aprendamos de esta situación actual, cuando se ficha a un jugador de fuera, éste debe ser totalmente diferencial o cubrir una posición que no esté en casa, priorizando el talento de la Masía, ya sea porque deben ser titulares o bien para acompañar a los teóricos titulares.
Muchas veces hemos visto como se derrochaban grandes cantidades de dinero para traer a futbolistas suplentes que han obligado a los jugadores de la casa a hacer las maletas, cuando este movimiento no debería ser necesario y es contrario a los valores que defiende el club, ya que el “fondo de armario”, siempre debe ser prácticamente de la casa.
Toca defender y apoyar a esta nueva generación, también a Hansi Flick por haber tenido el valor de confiar en estos jóvenes, una generación que parece llamada al estrellato y que se podría juntar con las constelaciones que la Masía nos ha dado para enseñar a lo largo de los años, que el Barça es Més que un Club, que resurge siempre con la cantera como base y el estilo como bandera.
Pasarán los años, cambiarán los ciclos, pero la Masía siempre se mantendrá como es gran puntal que guiará a las diferentes generaciones del Barça a lo más alto.