Entrenadores de fútbol los hay de todo tipo. Cruyff daba cátedra cada vez que comparecía ante la prensa. Van Gaal siempre parecía que regañaba cuando lo que estaba intentando transmitir eran consejos, explicaciones razonables. Guardiola también dictaba y dicta lecciones en cada una de sus alocuciones. A Valverde parece que le cuesta explicar el mensaje, hecho que hace que aparezca como dudoso. Pero son técnicos respetuosos. Y luego están los habladores, a los que les sobra soberbia y les falta modestia. Los que, como Luis Enrique, de lo que tienen ganas es de mandar a la prensa a hacer puñetas, incluso dispuesto, como ha declarado hace poco, a rebajarse la mitad de su millonaria ficha para no atender a la prensa. Al asturiano le va la marcha, pero no de haber pasado una resaca de sidra. No. Los periodistas para él "no tenemos ni p… idea". Él, toda. Pero no solo ante los medios. También con los jugadores. Si pudiera, Luis Enrique renunciaría a todos aquellos considerados estrellas de este deporte. Es un entrenador de equipo, sostiene. Puede que hasta por las noches tenga pesadillas pensando que su Champions con el Barça siempre se recordará porque en ese equipo estaba Messi, Neymar, Suárez, y los mejores jugadores españoles de los últimos tiempos. En la previa antes del encuentro contra el Arsenal, hizo todo por desmeritar a Dembélé. Recordó que con él en el equipo había perdido en tres o cuatro campos en la Liga de Campeones. Para mí que sí, que tiene mucha p… idea de cómo desmotivar a un jugador.
Y luego nos estamos encontrando con Hansi Flick, al que apenas estamos conociendo, pero es directo, en eso lo ayuda el hecho que haya que traducir sus palabras. Pero lo que está haciendo con los chavales del B, y con los veteranos que encontró en este Barça es admirable. Los mima a todos. Seguro que en algún momento manifestara su enfado. Pero lo hará en el vestuario, donde dicen que los futbolistas solucionan todos sus problemas. Flick, calladito, sin extravagancia alguna, aprovechando lo que hay en ese vestuario, del que cada partido saca un nuevo retoño, está exprimiendo lo mejor de un Barça que este martes recuperó algo de lo que había perdido en Mónaco en su debut en la Champions. Ganar títulos será muy difícil, pero Flick está gustando mucho a la culerada. Y a mí más que el Luis Enrique del PSG.