La derrota ante el Mónaco en el debut en la Champions me dejó muy mal cuerpo. A los 10 minutos el Barça ya se había quedado con un jugador menos y, por momentos, nos recordó a la trágica noche ante el PSG. 
Ter Stegen y Eric García fueron los responsables de este giro de guion en el estadio Louis II. Flick no intervino como en otros días y, al final, el Mónaco dejó al Barça sin tres puntos que pueden valer su peso en oro en enero. La versión del Barça ante el Mónaco dejó mucho que desear y estuvo lejos de llevarse la victoria.
Cada punto y cada gol cuentan en esta nueva Champions así que el margen de error para acceder directamente a los octavos de final se estrecha un poco más. De momento, no estoy preocupado por ello. En otras circunstancias el Barça hubiera mostrado otra versión en Mónaco y, el balance de este curso, nos invita al optimismo.
Ahora hay que cambiar el chip. Líderes en la liga, jugando bien, goleando y con todos los futbolistas al alza, el Barça necesita recuperar las buenas sensaciones ante el Villarreal. El camino para volver a ganar títulos y que el Barça vuelva al lugar donde se merece, es este.

La huelga, ¿una amenaza real o fantasma?

Más equipos, más partidos y más emoción. El modelo de la nueva Champions, el Mundial de Clubss, la Nations League, la Supercopa de España… todas las competiciones van hacia un mismo modelo de negocio con la misma fórmula. Jugar más partidos para ingresar más dinero.



Los clubs no se opusieron en su día porque esto también los beneficiaba a ellos pero los jugadores, que son los actores principales de esta película, tampoco levantaron la voz cuando tocaba. Ahora, que ven que esto no es sostenible para el cuerpo humano, coge fuerza la opción de hacer un huelga. Me parece bien, respeto su derecho a quejarse y a tomar las medidas que crean oportunas. Es más, lo comparto. Yo tampoco lo veo viable.



Ahora, mi pregunta, también sería a qué parte de su sueldo están dispuestos a renunciar? Sus sueldos también son desorbitados y no tienen ningún tipo de sentido pero, generando todo lo que generan, es sostenible. Si juegan tantos partidos es por, entre otras cosas, poder cobrar sus elevadas fichas.



Así que si entre todos creemos conveniente que se juegan demasiado partidos y creemos conveniente que hay que reducir el calendario, quizás también será necesario recortar los sueldos e incluso ponerles un tope salarial a los futbolistas.