La mala suerte de Pedri es ineludible y prueba de ello es la última entrada que Toni Kroos le hizo en el España-Alemania del viernes pasado y que le obligó a marcharse, otra vez, del terreno de juego por lesión. Pero más allá de la buena o mala fortuna, hay aspectos de fondo que van sumando al historial de Pedri. De entrada, el tema de las fiestas y el fanatismo por la nocturnidad de Pedri se ha hecho viral. Tanto es así que su propio hermano, para salir a defenderlo, publicó en Instagram un comentario negando la mayor. Sinceramente, cuando quieres que de una noticia no se hable, mejor que las fuentes directas no la traten. Y, más aún, cuando constituía un auténtico chascarrillo mediático. Solamente esto.
Es una evidencia que a Pedri, como a cualquier chico joven de su edad, le gusta la fiesta, pasárselo bien y vivir la vida. Pero de aquí a tomarlo por el nuevo Pablo Torre de turno, va una distancia considerable. El problema principal de Pedri no serían las fiestas, aunque hay otros aspectos a tener en cuenta.
De entrada, arrastra una lesión al límite de la cronificación. Cuando no es con la Roja, es con un partido vistiendo de azulgrana y, cuando tampoco es así, se rompe en una previa. Sea como sea, es evidente que el físico, a Pedri, no le acompaña. Pero, para seguir poniendo paralelismos: ¿Estamos delante de un Ansu Fati 2? En ningún caso. No estamos hablando de una lesión irreparable de por vida.
Así pues, vamos a la respuesta definitiva. Hemos descartado las fiestas, como principal problema, pero también la cronificación de su lesión. ¿Qué problema de raíz tiene Pedri? Que no entrena bien. Esto, se puede achacar al bajo nivel que hasta ahora exigía parte del staff técnico, pero Pedri también ha puesto de su parte. No puede ser que en un entrenamiento se le exija hacer un esprint a una velocidad X y él la haga a una velocidad 'menos X', porque le falta esmero y ganas de esforzarse.
Tampoco puede ser que, sabiendo de sus dificultades físicas, no ponga más entusiasmo en recuperarse antes. Si quiere estar en la élite y sin interrupciones, debe hacer un esfuerzo doble al de cualquier otro, con unas capacidades más óptimas, lo necesita.
En definitiva, a Pedri le falta concentración, pero sobre todo voluntad de querer ir a más, ser más ambicioso y salir de la zona de confort. Solo si es capaz de revertir esta actitud, será capaz de marcar una época en el Barcelona junto a Lamine, Gavi o Cubarsí. El tren pasa una vez y la situación preocupa seriamente en el Barça.