Al final han sido catorce los empleados sacrificados del primer equipo en aras de una mejora de los recursos. Catorce profesionales que el club considera que no han cumplido con las expectativas previstas. Catorce trabajadores que tendrán que buscarse las habichuelas en otro sitio porque ninguno de ellos ha sido reubicado en otras áreas, sino puestos directamente patitas a la calle. Estamos hablando de un entrenador (Xavi Hernández), dos ayudantes (Sergio Alegre y Óscar Hernández), dos preparadores físicos (Iván Torres y Edu Pons), cuatro fisioterapeutas (Carlos Nogueira, Jaume Munill, Isaac Serrano y Edu Martínez), tres scoutings (David Prats, Toni Lobo y Sergio García), un médico (Xavi Valle) y un asesor de comunicación (Edu Polo).

Evidentemente, cada caso tiene sus circunstancias y contextos particulares. Ocho de los finiquitados por el club formaban parte del núcleo duro de Xavi, por lo que el despido del técnico, conllevaba directamente la salida del resto. Estamos hablando del personal que ya trabajaba con el técnico egarense en Al Sadd. Todos, salvo Edu Polo, aterrizaron al unísono al club blaugrana, con el reto de sacar al equipo de un auténtico atolladero: noveno en la Liga, a once puntos del líder, y con un pie y medio fuera de la Champions.

Aquí no estamos para juzgar el rendimiento del staff de Xavi, ni tampoco poner paños calientes a las heridas. Pero fue evidente, desde el primer día, que había un distanciamiento entre algunas personas muy cercanas al presidente y el propio Xavi. Un hecho que se evidenció, de forma palmatoria, cuando algunos medios especularon abiertamente sobre la calidad profesional y experiencia de los compañeros de viaje del técnico egarense.

Ni tan siquiera la Supercopa de España y la Liga conquistada en la segunda temporada de Xavi fueron suficientes argumentos para rebajar las críticas hacia el staff. De hecho, el aterrizaje de Polo el pasado verano tampoco sirvió para pacificar las aguas, sino más bien todo lo contrario.

La situación fue empeorando hasta el punto que desde el club ya se filtraba abiertamente que la preparación física era muy deficiente y la recuperación de jugadores muy mejorable. Todas estas críticas acabaron por detonar tras la eliminación en Champions, la derrota en el Bernabéu, la caída al abismo en Montilivi y las declaraciones pragmáticas de Xavi sobre el futuro del equipo en la previa ante el Almería.

Con Xavi y su staff fuera del club, Laporta se propuso hacer una limpieza general dentro del vestuario, de la mano de Hansi Flick y Deco. Y aquí empezaron a caer, uno a uno, el resto de empleados del club, hasta llegar a la lista de catorce despedidos. Algunos, como el preparador físico Edu Pons, causando más de una sorpresa allá dentro: todos esperaban el sacrificio de Andrés Martín o de Milo Maillol, pero no de Pons. Tampoco nadie había contado con que caería uno de los dos médicos del primer equipo. En este caso ha sido Xavi Valle, mientras que Ricard Pruna continuará un año más en el club.

Está por ver si Xavi y su staff tienen o no razón, cuando aseguran que el equipo físicamente estaba pletórico y que los problemas venían de otro lado, entre ellos la falta de talento en algunas posiciones: la llegada de Vitor Roque sigue 'escociendo' en el entorno del entrenador. Si Flick y su gente consiguen exprimir mejor los recursos de esta plantilla, entonces quedarán retratados, tanto el técnico de Terrassa como la gente de su staff, pero si el entrenador alemán no logra mejorar las prestaciones, entonces más de uno considerará la decisión de Laporta como totalmente injusta y arbitraria, constatando lo mal aconsejado que está en este segundo mandato.