Luis Enrique se autoproclamó ayer como el gran estandarte del ADN Barça. Tras varias semanas declarando su amor al club azulgrana, el entrenador del Qatar Saint-Germain quiso calentar la previa del partido y mandarle un dardo a su excompañero Xavi Hernández.

Al técnico asturiano le preguntaron quién representaba mejor el “estilo del Barça”. “Claramente, yo”, repitió dos veces Luis Enrique. “Y no es una opinión, lo dicen los datos”, aclaró. El de Gijón pidió que se revisen “las estadísticas de terrenos de posesión, ocasiones, presión alta, títulos y trofeos”.

Sorprendió y extrañó en el seno del vestuario azulgrana la aseveración de Luis Enrique, ya que en las semanas previas había imperado el buen rollo entre ambos. “Tenemos una buena relación”, recordó Xavi. No quiso avivar el fuego el catalán por consigna de vestuario. “Nosotros a lo nuestro y con calma”, comentaban desde el camerino azulgrana tras el órdago de Luis Enrique.

“Es uno de los mejores entrenadores del mundo, pero ambos buscamos lo mismo”, respondió Xavi. “No sé si él tendrá un 2% más de posesión, pero no depende de eso”, esgrimió el de Terrassa, que tuvo altura de miras al recordar que hay cuatro entrenadores con ADN Barça en los cuartos de final de la Champions: Luis Enrique, Guardiola, Arteta y él. Luis Enrique, quizás porque huele sangre o porque anhela el banquillo culé, le buscó las cosquillas al azulgrana, pero Xavi fue elegante en la respuesta.

La rajada del entrenador del París estuvo fuera de lugar, por lo que significa él para el Barça y por la relación que le une con Xavi. Pese a ello me pregunté: ¿Tiene razón Luis Enrique? Para solventar mi duda, le hice caso y consulté los datos que el gijonés pidió revisar en rueda de prensa: los terrenos de posesión, las ocasiones generadas y la presión alta.

Los datos que he extraído de la web whoscored contemplan números en la Liga de esta temporada y dictan lo siguiente. En el apartado “ocasiones generadas”, el Barcelona dispara 12,67 veces por partido. El Paris, 11,64. El equipo de Mbappé remata 6,96 veces entre palos por encuentro. El Barça, 7,10.

Los terrenos de posesión a los que alude Luis Enrique, según dicha web, son idénticos: 25% en la defensa, 44% en el centro del campo y 31% en el último tercio. La posesión media es la misma: tanto Barça como Paris Saint-Germain tienen el 65% de la posesión por juego disputado.

Ya enfrascado en el apasionante mundo de los datos, extraigo otros datos de interés.

El 77% de los goles conseguidos por el equipo de Xavi son a través de jugada elaborada. Tan solo el 63% de los tantos franceses son de este tipo. Sin embargo, el conjunto del asturiano ha anotado el 12% de los tantos de esta temporada al contraataque. El Barça solo ha marcado un gol a la contra.

Los datos le dan la razón a Xavi. Ambos buscan lo mismo, ya que se observan patrones de fútbol similares. Y desmienten categóricamente a Luis Enrique. Su equipo no es mejor que el Barça de Xavi ni en ocasiones generadas, ni en terrenos de posesión. En títulos, por supuesto, le supera, ya que Xavi lleva tres años entrenando en la élite y Luis Enrique empezó en 2011. Por cierto, Luis Enrique solo ha ganado títulos como entrenador azulgrana y cuando dirigía a Leo Messi en su máximo esplendor. En 2015 quiso expedientar al argentino y fue Xavi, como capitán, quien medió para solucionar el problema. Tras dejar atrás el conflicto con el argentino, Luis Enrique se subió a lomos del tridente (Suárez, Neymar y Messi) y cabalgó hacia el segundo triplete de la historia del club.

La bravuconada del técnico del París incendió la previa de un encuentro en el que se enfrentan dos equipos que intentan jugar a lo mismo, pero que tienen dos diferencias abismales. La primera  es Kilian Mbappé. El francés ha marcado 39 goles en 39 partidos. Esa sí es una pieza diferencial. La tortuga es el máximo goleador del equipo francés y lleva el doble de goles (menos uno) que el máximo artillero de los catalanes, Robert Lewandowski.

La segunda gran diferencia es la capacidad económica. Los catarís se han gastado 454 millones de euros fichajes esta temporada y han ingresado 207. Se trata de un balance de 250 millones invertidos en reforzar la plantilla. El Barça invirtió 3 millones en Oriol Romeu y otros 30 (pagados a plazos) en Vitor Roque. Además vendió futbolistas por valor de 107 millones de euros. En eso, el PSG sí que juega en otra liga.

Le guste o no a Luis Enrique, en París se miden el Barça del ADN y de la Masia contra un nuevo rico del fútbol. Se enfrenta un club estado a un club con tantos problemas económicos que lo único que le queda es su ADN, la ilusión y la tradición.