"Nos hemos salvado de una buena", repetían ayer los directivos del Barça cuando salían del palco de Montjuic, bien entrada la noche y tras una gran celebración. Hubo mucha euforia, diversión y, sobre todo, alivio en la planta noble del club, ya que el Barcelona consiguió una vida extra esta temporada a nivel social, económico y deportivo. Podía ser una noche mágica o trágica y la sensación que quedó en el ambiente tras la clasificación es que todo el mundo aportó su grano de arena para mantener vivo al enfermo Barça.
Algunos socios hicieron un llamamiento a protestar tras el partido en la puerta de tribuna si el equipo no lograba el pase a la siguiente ronda. Incluso los operarios de seguridad del palco planificaban cómo actuar si había protestas cuando finalizase el partido. "Esperemos que haya suerte", repetían mientras repasaban el protocolo. Gracias a dios, con el pitido final desaparecieron los temores y los pájaros de mal agüero.
La hinchada azulgrana resucitó el día que su equipo más la necesitaba. Con entradas a 200€ se logró colgar el cartel de "no hay billetes". Miles de aficionados se agolparon un martes laborable de marzo a las puertas del Estadi Olímpic para alentar a la llegada de los futbolistas. 46.000 culés ahogaron los cánticos de 4.000 napolitanos. Se consiguió la mejor entrada de la temporada (50.301 espectadores) y se vivió una atmósfera especial por primera vez desde que el Barça vive de alquiler.
También se salvó el club en el aspecto económico. Estaba presupuestado llegar a cuartos de final de la Champions y una derrota el pasado martes habría supuesto una desviación demasiado grande para las arcas del club. El club ya tiene una desvarío en las cuentas ordinarias importante. Se calcularon 11 millones de beneficio y ahora ya van por 37 de pérdidas.
El desvío se achaca a los ingresos por ticketing (son más bajos de lo esperado porque han bajado el precio de las entradas). También se ha quedado en el tintero alguna activación de marketing. Tampoco se ha cumplido con el objetivo de partidos ganados en la liguilla de la Champions (el ganador de un partido ingresa 2,8 millones de euros). Y la renovación al alza del contrato de Xavi ha acabado de desajustar los números.
Los responsables económicos del club consideran que el actual desbarajuste es "fácilmente subsanable", pero sí admitían que si se caía ante el Nápoles el agujero habría sido un boquete difícil de arreglar. Hasta 15 millones de euros estaban en juego el martes en Montjuïc y el Barça, esta vez sí, se ganó el pan en el campo.
Más allá del presupuesto de esta temporada, el Barça apura las opciones para jugar el nuevo Mundial de Clubes. Si el conjunto culé llega a semifinales ganando los dos partidos de cuartos todavía podrá luchar contra el Atleti, que se clasificó en penaltis frente al Inter. La mayoría de dirigentes catalanes se ataviaron ayer con banderas neroazzurras para ver al equipo madrileño. Deseaban una derrota en la prórroga y así cansar más a los hombres del Cholo, próximo rival del Barcelona en La Liga.
Pero más allá del aspecto social y económico, el Barça salvó ayer la temporada a nivel deportivo. Quedarse sin objetivos en marzo habría sido un gran golpe mortal para un club herido. Por este motivo los futbolistas dieron su mejor versión individual. Raphinha se multiplicó, Fermín deslumbró, Gundogan despuntó en la parte alta del cuadrado y Sergi Roberto irrumpió como un ciclón en el partido tras dos meses de baja. Lamine revoloteó y Kounde volvió a ser el del Sevilla. Araujo y Cubarsí se consagraron en la zaga y el aficionado azulgrana pudo festejar por fin que su equipo vuelve a estar entre los ocho mejores del continente.
Incluso con dos bajas vitales como las de Pedri y De Jong, Xavi fue capaz de superar al Nápoles de Kvaratskhelia y Osimhen. El de Terrassa intervino cuando el equipo se caía y dio entrada a Sergi Roberto, que dotó de sentido y orden a sus compañeros. Subió a Gundogan cerca del área y el Barça despegó hacia la siguiente ronda. Al equipo lo aguantaron Araujo y Cubarsí, lo empujó Fermín y lo revitalizó Roberto, todos ellos productos del fútbol base del Barça.
El enfermo Barça recibió atenciones primarias de Xavi, un golpe de desfibrilador de la Masía, curas intensivas de su afición, y ya está en planta y estabilizado tras haber cumplido con el presupuesto. Tienen razón los directivos. De la que nos hemos salvado.