Uno de los que más aliviados se quedó con la renuncia de Xavi a seguir en el banquillo del Barça a partir del mes de junio fue el portero Marc-André ter Stegen. Junto con las otras vacas sagradas, como Robert Lewandowski o Frenkie de Jong, no entendían los planteamientos del de Terrassa y, pese a la experiencia de este como jugador, el traslado de los conocimientos al campo no acababan de encajar con ellos. 
Pero el portero alemán tiene una gran diferencia respecto a los otros: él ejerce la condición de líder y la practica como tal de forma continuada. Si miramos los otros que están en esta clasificación premium por dinero y experiencia, -donde también podemos añadir a Ilkay Gündogan-, son vacas sagradas, pero no ejercen como tal las 24 horas del día. En cambio, Ter Stegen, sí: ya venía de salvar partidos incluso en los últimos tiempos de la era Leo Messi y fue decisivo para ganar la Liga de la temporada pasada. 
Por todo ello, su opinión pesaba más que la de otros. Pero el parón que tuvo por lesión también ha ido bien para limar las asperezas del pasado que pudiera tener con Xavi. El alemán es de pocas palabras, pero sabe lo que quiere. Ya lo vimos tiempo atrás cuando consiguió que el club le diera la patada definitiva a su rival en la misma posición, Claudio Bravo. Y, ahora, también lo vemos en la obsesión de Xavi por tenerlo de lado y, como mínimo, no enfrente. 
Para encarar partidos como los de hoy, tan decisivos, contra el Nápoles, es vital contar en la previa con un líder que sepa que es un líder. Y si sumamos que, como mínimo, respete y vuelva a creer mínimamente en el entrenador, todavía mejor. Se debe felicitar al servicio de prensa del club que, en esta ocasión, ha sabido escoger, ¡por fin!, a un buen perfil para la rueda de prensa a diferencia del infantiloide De Jong.
Estamos a horas de que el Barça siga vivo en Champions y desviar la atención con aspectos personales no sumaría. Ter Stegen también tiene sus cosas, como todo el mundo, pero sabe lidiar con los trapos sucios de puertas adentro. Y esto es lo que ahora mismo este equipo debe priorizar. Ya sabemos que, como en todo trabajo, hay asperezas e incluso incendios, pero ahora es el momento de acercar posiciones y que cada uno sepa el rol que representa según indica su nómina.