El Barça está a cuatro puntos del Real Madrid en la Liga. Y en octavos de final de la Champions. La realidad no es maravillosa, pero tampoco es un desastre. Con mejores resultados que fútbol, el equipo de Xavi ha tenido que luchar contra muchas adversidades en los primeros meses de la temporada, pero sigue vivo. Herido por las lesiones --primero de Frenkie de Jong, Pedri y Lewandowski, fundamentalmente, y ahora de Ter Stgen y Pedri--, pero con las opciones intactas de ganarlo todo.

No le queda más remedio a Xavi que confiar en la cantera. Siempre ha sido así en los mejores tiempos del Barça. La Masia es un valor añadido en un club tan peculiar y ciclotímico, sobre todo en tiempos de crisis. Hoy, el Barcelona no puede competir con las grandes potencias en el mercado de fichajes.

Xavi, un hombre de la casa, asume la presión que comporta el cargo. Se equivocó con su crítica a los medios de comunicación, harto de que se le compare con Guardiola y se cuestione su propuesta futbolística. El Barça actual está a mucha distancia del Barça de Pep, pero también está mucho peor ahora el club.

Muy meritoria fue la Liga que ganó el Barça la pasada temporada. Fue el triunfo del deseo y del trabajo bien hecho. Aquel no era un Barça seductor, pero sí fiable, muy bien dirigido por Xavi desde el banquillo. 

El Barça, por historia, debe aspirar a todo. Está bien ilusionarse con ganar otra vez la Liga y conquistar la Champions, pero hoy el club azulgrana es mucho más inestable y frágil que el Real Madrid, el Manchester City y el Bayern de Múnich. Aunque duela, así son las cosas. Es lo que hay, que diría Ronald Koeman, pero ahora toca focalizar toda la atención en la mejora del juego.

Las lesiones de Ter Stegen y Gavi son fatales para el Barça, para un equipo con pocos efectivos, imperfecto. Xavi, sin embargo, debe positivizar, ser fiel a sus ideas y mejorar las prestaciones de todos los futbolistas. Se le exigirán títulos, pero lo más importante ahora es que consolide su proyecto, que lo mejore, y se olvide del ruido exterior. Si ganar la Liga hace un año tuvo mucho mérito, ahora sería poco menos que un milagro. Y no digamos ya la Champions. Xavi debe ser valiente y apartarse del victimismo histórico del club.