La dolorosa derrota contra el Shaktar Donestk en Hamburgo cierra 10 días negros para el Barça que arrancaron con una derrota en el clásico, siguieron con un muy mal partido --y fantástico resultado-- en Anoeta y finalizaron con otro traspié en Europa. Es el peor bache de juego del equipo azulgrana desde que llegó Xavi, hace dos años y dos días, y urge ponerle remedio.
El Barça está mal y el propio entrenador catalán lo reconoció tras el partido, instando a los suyos a hacer un reset mental para volver a ser reconocibles. Pero esta vez el equipo sí ha hecho los deberes en Europa. Tiene un grupo asequible y tres victorias en los tres primeros partidos permiten que el conjunto culé pinche en un desplazamiento Champions sin poner en riesgo la clasificación. Cabe recordar que el Barça no se clasifica para los octavos de final de la Liga de Campeones desde 2021, por lo que un objetivo de mínimos se ha convertido en la meta principal del primer tramo de temporada en la ciudad condal.
En Liga el pinchazo contra el Real Madrid lo arregló el propio conjunto blanco dejándose dos puntos en casa contra el Rayo. A dos puntos del gran rival y a cuatro del Girona, sorprendente líder de Primera, no se intuye una distancia insalvable a estas alturas de temporada.
Todos los equipos atraviesan baches y está claro que el Barça está inmerso en él. Durante más de un mes ha tenido fuera de combate a cuatro pilares fundamentales de la plantilla: Pedri, De Jong, Kounde y Lewandowski. La mayoría ya están recuperados y deben darle al equipo otro aire a la vuelta del próximo parón FIFA.
Sin embargo, sí es preocupante el ínfimo rendimiento de determinados jugadores, algunos muy por debajo de su nivel. Robert Lewandowski es una sombra de lo que fue. Ayer pareció un fantasma pululando por la frontal del área rival. Hay que remontarse a los días partidos previos al Mundial de Qatar para recordar una buena versión del polaco. Un bajón muy preocupante para el gran baluarte del grupo. Seis goles a estas alturas de temporada es un bagaje muy pobre para el delantero centro de un club como el Barça.
Aún más en picado ha sido el descenso de Gundogan, que ha pasado de capitanear al campeón de Europa a no ser capaz de llevar el timón del Barça. Al alemán hay que exigirle menos declaraciones populistas y más rendimiento sobre el césped. Otra pieza importante del equipo como Joao Félix también se tambalea. Más efectista que efectivo, el portugués lleva solo tres goles y en las últimas cuatro temporadas no ha superado los 10 tantos, números insuficientes para afrontar un traspaso como el suyo a final de temporada.
Son jugadores con galones y pedigrí que deberían tirar del carro y sin embargo están a su nivel más bajo. En el lado positivo están los de siempre: Pedri, que en dos ratos ha vuelto a demostrar su importancia en este equipo. Lamine Yamal, capaz de revolucionar un partido de Champions League con 16 años. O Ronald Araujo, capitán general del equipo día tras día.
El Barça deberá sacar adelante el partido del domingo en Montjuïc contra el Alavés, y tendrá dos semanas para intentar desconectar, resetearse mentalmente y volver con pilas recargadas y automatismos asimilados.
Los catalanes tienen plantilla para competir la Liga y por supuesto para superar los octavos de final en Europa. Pero si lo que le exigimos a Xavi es ganar la Champions, siento decirles que no tengan demasiadas esperanzas. Ni el equipo es un “plantillón” ni el club está en disposición de exigirle eso al entrenador. ¿Hay motivos para la esperanza? Sí, la mala racha pasará y en enero puede llegar una pieza como Vitor Roque a hacerle competencia a Lewandowski.
Pero que nadie espere que de golpe y porrazo este equipo esté para competirle la Liga de Campeones a clubes saneados como Real Madrid o Bayern Múnich, o clubes estado como Manchester City y PSG. Mientras el Madrid se gastó 100 millones en Bellingham, jugador que decide un clásico solo, el Barça gastó un total de 3,5 kilos por Oriol Romeu.
El Barcelona, con 1.200 millones de deuda y sin capacidad para ir a buscar a los mejores jugadores al mercado, no puede fijarse como objetivo en Europa competir con los mejores. La próxima temporada el club azulgrana seguirá mendigando para reforzar su plantilla mientras el Real Madrid afrontará una operación mastodóntica para juntar en la delantera a Vinicius, Bellingham y Mbappé. Lo siento mucho: el Barça ya no está en esa Liga.
Sí puede plantearse el Barça pasar de fase de grupos de Champions y llegar a los cuartos de final. A pesar del mal momento, gran parte del trabajo está hecho y el equipo culé podía permitirse este pinchazo. Por lo tanto, que no cunda el pánico y paciencia con Xavi, el mejor entrenador posible para el momento vital que atraviesa la entidad.