El desafío que lanzó Xavi en la rueda de prensa previa al partido de esta noche en Oporto tendrá en pocas horas una respuesta clara. El técnico del Barça miró fijamente a los periodistas para decirles que basta ya de recordar los fantasmas del pasado y que sean más positivos. Que este equipo es diferente, que ha mejorado la plantilla y que juega con otro tipo de ambición.

Xavi seguramente es el primero que no olvida aquella otra frase que lanzó tras perder en su debut como entrenador azulgrana en la última jornada de la fase de grupos de la Champions, el 8 de diciembre de 2021, y en el que el Bayern Munich, verdugo y castigador del Barça en la competición europea, venció 3-0. “El Barça no merece esto”, le salió del alma a Xavi. Pero fue a más. “Hoy comienza una nueva era”, prometió. No pudo ser. También en la siguiente temporada tocó un grupo con rivales más poderosos y en mejor forma que el Barça, otra vez el Bayern y, además, el Inter. Solo se pudo ganar al Viktoria Pilsen. El comienzo de una nueva era quedó en suspenso.

Este 4 de octubre la situación es diferente. El adversario merece todos los respetos, el país donde se disputa el partido no ha sido propicio al Barça en los últimos años, toca enterrar el fantasma portugués, es el momento propicio para que el equipo demuestre que puede cantar un fado como en el mejor local de Oporto.

Es el partido que estaba esperando la afición barcelonista. Es la hora de convencer con un resultado concluyente, que haga soñar y que ilusione nuevamente. Exactamente lo que pide Xavi a la prensa. Un resultado ideal para no solo matar los fantasmas, ejemplar para hincharse de positivismo, para enterrar las dudas y para decirle a Europa, que este Barça, el de la crisis económica, el de jugadores prestados y el de una cantera fabulosa, ha vuelto para estar otra vez entre los más grandes. Para creer en el comienzo de verdad de una nueva era.