El Barça sufre tensiones de tesorería. No es ningún secreto. Y cualquier vía de ingresos es bienvenida, sobre todo si procede de quien no valora el dinero de tanto que tiene. Este es el objetivo de Memorabilia, la tienda azulgrana para los coleccionistas, en la que se encuentran artículos que pueden alcanzar los 3.000 euros. Se trata de camisetas y brazaletes enmarcados y firmados por Messi, Xavi, Iniesta, Ansu, Kluivert… Una auténtica locura, casi exclusiva para turistas o aficionados con muchos ceros en la cuenta.

Pero no solo esos artículos están a disposición del capital. El Barça quiere exprimir al máximo lo que queda del Camp Nou antes de inaugurar el nuevo estadio. Y no ha dudado en poner a la venta pedacitos del césped del campo y hasta trocitos de la “última red” que guardó las porterías del templo. Un cuadrito de la malla se vende, con su marco, por 80 euros. En el caso de la hierba existen (o existían, pues están todas agotadas) tres posibilidades: la más barata, de 50 euros, consistía en una porción del verde dentro de un mini Camp Nou; la segunda, de 80 euros, estaba envasada dentro de un metacrilato; la tercera, por 420 euros, estaba enmarcada.

El éxito de estos productos exclusivos (y de los no tan exclusivos), sea del Barça o de cualquier otro equipo, dice mucho del mundo en el que vivimos. Nos movemos en una realidad paralela, en la que lo banal se vuelve imprescindible y un objeto de culto. Mientras, nos olvidamos de los verdaderos problemas del mundo. Pan y circo. O, mejor dicho, pan y fútbol.