La nueva directiva con Joan Laporta al frente presidiendo el club prometió que, para esta nueva etapa del barcelonismo, la máxima sería la transparencia. Tanto es así que exigió pulcritud en explicar las comisiones y dando una importancia relativa a que estas pueden ser, más o menos escandalosas, ya que son operaciones que forman parte del día a día del mundo del fútbol y del mercado de fichajes.

Así pues, me pregunto si todo esto se puede explicar con total normalidad, ¿por qué no se habla del salario que percibirá la próxima temporada Robert Lewandowski? Mucho se ha hablado de un contrato ascendiente que caduca dentro de dos temporadas, en la 2024-25. Pero lejos de dar cifras exactas, lo que sí podemos avanzar es que los cambios son sustantivos: tanto que el polaco tiene un contrato ascendente. Así pues, ¿dónde está el ejercicio de transparencia? Si Laporta no quería cometer errores del pasado como los que hizo Josep Maria Bartomeu, parece que no va por el buen camino.

Superados quedan los 23 millones brutos de esta temporada que supuestamente nos han contado. En el curso actual cobrará 26 millones y todavía faltan por liquidar los famosos 10 millones de comisión pactados con Pini Zahavi, agente de Lewandowski y antiguo socio de Laporta. Explicar esta noticia en el momento en que se van grandes artífices de otras secciones como Jasikevicius por no querer aceptar una oferta de poco más de tres millones o el cierre de Barça TV duele demasiado y es intentar mezclar todo, sin orden, para salirse con la suya (no en beneficio del club).

¡Cómo retumba y retumbará el mítico que no nos engañen, que digan la verdad! Nos acordaremos de esta frase dentro de poco, cuando veamos que ni el Espai Barça, ni la situación económica que lastró Bartomeu, ni incluso las vacas sagradas, son las auténticas culpables de este desbarajuste presupuestario.