Si miran el titular del artículo seguramente se quedarán perplejos, repasando el pasado para ver a qué partido me estoy refiriendo. Sin embargo, ya pueden dejar de mirar Google en sus móviles e ipads porque no estoy hablando de un partido en concreto, al menos no de los que se juegan en el campo con un balón. Este partido se viene librando desde hace un año y medio en los despachos, con un resultado que hasta hoy parecía muy claro a favor de los ingleses.

Los dos goles con los que abrieron el marcador vinieron forzados por la extrema necesidad del rival, en este caso, un Barcelona en la UCI, con graves problemas para sobrevivir incluso en la Liga, y con la necesidad imperiosa de dar un cambio radical a una dinámica tan negativa. En aquel momento, Xavi Hernández, exigió una serie de refuerzos para cubrir las muchas deficiencias de la plantilla. Sin embargo, el tiempo corría en contra de los blaugrana -el mercado de invierno siempre es un arma de doble filo-, por lo que acabó claudicando con las peticiones de los clubes vendedores. En este caso, el City fue uno de los más beneficiados al sacar tajada de un jugador denostado por Pep Guardiola, que apenas jugaba minutos y que estaba en la cola del pelotón de sus preferencias. El Manchester, consciente de la premura de los blaugrana, acabó exprimiendo el limón hasta que no quedó una gota, obteniendo 55 millones. El nombre del afortunado: Ferran Torres.

El segundo gol del City llegó en verano. En esta ocasión podemos decir que fue casi en fuera de juego, ya que al final tampoco ha supuesto un gran desasosiego en las arcas de la entidad catalana, al recalar gratis. Sin embargo, el rendimiento de Eric Garcia ha dejado mucho que desear, con la gran sombra de su enorme error en el partido de Champions ante el Inter, dejando rematar a placer a Lautaro. El defensa, que nunca supo ganarse la titularidad, ha demostrado una irregularidad que le ha lastrado notablemente en su rendimiento. Ni tan siquiera los intentos de reubicarlo como pivote han sido satisfactorios.

Tanto Ferran como Eric están en la parrilla de salida este verano. Dos jugadores que a día de hoy se consideran del todo prescindibles en la plantilla de Xavi.

Pero al final llegó el gol que permite soñar en la remontada blaugrana. En esta ocasión, han sido los citizen los que han acabado mordiendo el polvo, viendo como su capitán y referencia, Ilkay Gündogan, les dejaba plantados para irse al proyecto de Xavi. Una situación seguramente difícilmente asimilable para un club que cuenta con los petrodólares como su mejor aliado. Ni las llamadas de Pep, ni las presiones de Txiki ni los cantos de sirena desde Emiratos han sido suficientes argumentos para convencer al centrocampista alemán.

Un golazo por toda la escuadra que deja el partido más igualado, aunque favorable aún al City. Eso si el bueno de Joan Laporta no llama a arrebato y en dos años se empeña en traerse a Erling Haaland. Este trofeo tendría el valor doble de los goles, como cuando se marcaba fuera de casa en la Champions. Entonces sí que hablaríamos una remontada histórica, que haría enmudecer incluso la del PSG en el antiguo Camp Nou.