A principios de esta semana se ha escenificado en Barcelona una astracanada que dejaría al dramaturgo Pedro Muñoz Seca, célebre autor de La venganza de Don Mendo, como un mero aprendiz. Para aquellos que desconocen la definición de astracanada, el diccionario de la RAE destaca que se trata de una “teatralización de la realidad” donde sobresalen “situaciones disparatadas y falsedades”, recurriendo al “juego de palabras”, cuyo objetivo es “el equívoco y confundir” y cuyo personaje principal es “el fresco”.
Pues bien, no hay duda que esta semana han coincidido todos estos elementos en la ciudad condal. Para empezar, “la teatralización de la realidad” llegó con la aparición de un personaje secundario, pero con un rol muy importante en la trama, Jorge Messi, a casa de una de las víctimas, Joan Laporta, para explicarle que su hijo, Leo, había aceptado la oferta del Inter de Miami. Una puesta en escena absolutamente trivial para una de las decisiones más importantes en la carrera deportiva de Leo.
Las “situaciones disparatadas y falsedades” no tardaron en aparecer y de la forma más cínica y cruel. Con el personaje secundario saliendo de casa de la víctima para empezar a “confundir” al personal que estaba apostado en casa del presidente, asegurando que Leo Messi aún tenía esperanzas de regresar al Barcelona, que era su prioridad y que todo estaba abierto. Para más inri, desde el club se filtró que se estaba planteando enviar una oferta formal al crack argentino, y hasta Xavi Hernández se debió creer “el juego de palabras” al no tirar públicamente la toalla por la llegada de Leo.
El juego del “equívoco” se empezó a esfumar gracias a un personaje tan malévolo como necesario en cualquier astracanada como Javier Tebas, apareciendo en el anfiteatro de las redes sociales para pinchar el globo, dejando claro que si el Barcelona quería fichar a Messi tendría que empezar a vender jugadores como si no hubiera mañana, arrastrado por la regla del 40%, que para no hacer esta lectura muy machacona, consiste básicamente que sólo puedes gastarte 400.000 euros de cada millón que ingreses. Un disparate.
Y llegamos al momento del fresco. Aquí pueden etiquetarse varios personajes. El primero, evidentemente, el que miente descaradamente; el segundo, el que filtra que el Barcelona hará una oferta cuando ya sabe que está todo cerrado con el Inter de Miami; y el tercero, el que mueve los hilos para seguir alimentando las esperanzas de un caso cerrado.
Llegados a este momento, uno acaba abocado a dar la razón, por una vez y que no sirva de precedente, a José Mourinho, cuando en uno de sus ataques de rabia y odio hacia Messi y todo lo que representaba el barcelonismo, llegó a asegurar que en Barcelona se “hacía teatro, teatro del bueno”.