El Camp Nou encara, ahora sí, su necesaria remodelación. Y, como sucede en estos casos, es la hora de plasmar negro sobre blanco los recuerdos que cada uno tenga del gran coliseo azulgrana.

Lo primero que recuerdo del Camp Nou no es el césped, ni siquiera el estadio, sino la explanada de delante. Era 1997. Estaba abarrotada. El equipo se subía al autobús, y allí, a lo lejos, Ronaldo, desde lo alto de los escalones del vehículo, saludó a los aficionados congregados en aquel lugar. Fue todo un acontecimiento para un niño como yo.

Después vinieron otras ocasiones, como la presentación de David Villa, en 2010, ante casi 40.000 espectadores; algún clásico, algún Gamper, algún partido de Champions y también de la Liga (el último que vi fue el Barça, 0-Rayo, 0, el primero de este campeonato que justo termina), tanto en la grada como en la zona restringida a los medios; la sala de prensa; el estadio preparado con motivo de la muerte de Tito Vilanova, y alguna tarde entera esperando a entrevistar a Josep Maria Bartomeu, aunque finalmente la charla tuvo lugar en otro emplazamiento.

En fin, muchos recuerdos. Tantos como personas han pasado por el Camp Nou durante todos estos años. Y los que vendrán en las modernizadas instalaciones.