El Barça puede ganar hoy la Liga. Por primera vez, tiene la oportunidad de proclamarse campeón en el campo de un Espanyol que vive con la soga al cuello. Morbo no le faltará al derbi, aunque los barcelonistas lo afrontan con mucha parsimonia. Su rival, en cambio, se juega la vida.
Xavi Hernández quiere ganar la Liga ya. No ha querido hurgar en las urgencias del Espanyol, pero sí ha recordado que la afición del Barça sería muy feliz si hoy gana el título. Normal. Sería una celebración diferente e histórica. Nunca ha ganado la Liga en el campo de los periquitos y sería el mejor premio a una temporada muy meritoria aunque tensa en los despachos.
El Barça ha sido, con diferencia, el mejor en la Liga. Su fútbol no es brillante ni seduce, y el equipo todavía tiene muchas carencias. No le sobra talento ni tampoco pegada, pero Xavi ha construido un equipo desde los cimientos y ha sabido transmitir su pasión.
Un dato ilustra perfectamente la superioridad barcelonista. Ter Stegen solo ha recibido 11 goles en 33 partidos. Desde Lewandowski, el equipo presiona hasta la extenuación al rival. Con el balón, el Barça es reconocible. Sin el balón, penaliza cualquier error del rival y la final de la Supercopa de España contra el Real Madrid fue el mejor ejemplo.
El Barça de Xavi ha sido un equipo con orden y criterio. Ambicioso y comprometido. Queda mucho para que sea un gran equipo y pueda competir con los mejores en Europa. Y la renovación no será fácil porque el club, económicamente, está muy débil.
Ya no es el Barça un club comprador. Es un club con muchas limitaciones en el mercado. Necesita vender para reinventarse y Laporta hipotecó muchos activos hace un año para fichar a Christensen, Kessié, Lewandowski, Raphinha, Koundé, Bellerín y Marcos Alonso. Por suerte, la apuesta le salió bien, pero su gestión no transmite seguridad. La financiación del Espai Barça pone los pelos de punta a muchos y la crisis por los pagos a Negreira fue de campeonato. La entidad, hecha unos zorros, se consuela con un equipo que funciona. Suerte que Xavi ha sabido blindar el vestuario. Es su gran mérito. Y no es poco. Con la Liga, al menos, el Barça se da una alegría. Que ya tocaba.