Hay días donde todo cuesta más. Días que por mucho que lo intentes no sale nada pero en los que, al menos, lo intentas. Y días que dan ganas de quemarlo todo. Estoy haciendo referencia a lo que le pasó Barça ante el Rayo. La derrota en Vallecas fue de las peores de la temporada. Los de Xavi mostraron su peor versión del curso y ni siquiera lo intentaron.
No hay por dónde cogerlo. Con la oportunidad de volver a dar otro mordisco a la Liga, tras la derrota del Madrid y con la posibilidad de cantar el alirón en el RCDE Stadium, no podíamos esperarnos tal debacle. Es intolerable esta falta de intensidad y de ganas que mostró el equipo.
La actitud del miércoles es inaceptable, en Vallecas se debe ir con el cuchillo entre los dientes y con el espíritu de un soldado que va a la trinchera. Esta versión del Barça no me identifica y lo preocupante es que no es la primera vez que esto ocurre.
Finalmente, también me gustaría mandar un fuerte abrazo a los iluminados que creyeron que poner partidos entre semana a las 22 horas de la noche sería una gran idea. Claro que sí, la gente no madruga, los niños no van a la escuela al día siguiente y los jugadores tampoco tienen que descansar. Luego nos preguntamos por qué no engancha la Liga española o por qué han caído en picado las audiencias. Pues ahí uno de los motivos.