La espiral de informaciones y noticias sobre el caso Negreira no se detiene y tampoco tengo la sensación de que se vaya a terminar en los próximos días. Esto va para largo y ya se está haciendo pesado. De repente todo el mundo tiene acceso al sumario, todo el mundo tiene exclusivas relacionadas con la investigación y lo peor es, que algunas, incluso han sido filtradas por el mismo Barça en un intento de bajar el suflé.



Y es que es así. Algo está cambiando porque, pese a que sigue siendo muy grave haber tenido a sueldo al vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros, al menos se está justificando su trabajo aunque fuera a precios desorbitados y con unos informes que dejaban mucho que desear.



El club de la mafia, que decían algunos, ya no es tan mafia y empieza a ser más el club que ha hecho el ridículo contratando a Negreira por unos servicios y prácticas que no tenían demasiado sentido. Sin embargo, todavía tenemos la necesidad imperiosa de escuchar cuanto antes a Joan Laporta que también ha pasado al ataque. Ensuciar la imagen del Barça no puede ser gratuito y todos aquellos que lo han hecho tendrán que pagarlo.

Game over. La Liga será del Barça y el Madrid haría bien en hacer algo más de autocrítica después del partido del pasado domingo. Estamos de acuerdo en que el fuera de juego de Asensio era justito pero lo era. Sí, lo era. Hasta aquí el debate. No podemos  estar toda la semana criticando los aciertos del VAR como ya ocurrió con la jugada de San Mamés.  



La elegancia de Ancelotti brilló por su ausencia y poner el foco las decisiones del VAR es de pequeño equipo. El italiano no estuvo bien pero entiendo que esté nervioso porque, de momento, va camino de cerrar la temporada en blanco. Y acabar en blanco en Madrid suele ser sinónimo de tener que hacer las maletas.