La tradicional rivalidad deportiva (e ideológica) entre el Barça y el Espanyol escribe un nuevo capítulo fuera de los terrenos de juego. Una vez más, la Generalitat apuesta por el club azulgrana para la promoción turística, dada la mayor repercusión de la entidad barcelonista allende fronteras y porque es un polo de atracción de visitantes. Es así, los periquitos no venden tanto fuera de España, pero se han molestado. De nuevo.

En la última campaña turística conjunta entre la Generalitat y el Barça, el mensaje que se transmite es que los colores de Cataluña, aparte del rojo y amarillo de la señera, son el azul y el granate. Pues bien, en el Espanyol andan contrariados, y responden que dentro de la comunidad autónoma hay “más de dos colores”: los espanyolistas, los del Sabadell, los del Joventut de Badalona, los del Bàsquet Manresa…

Es cierto, hay muchas entidades deportivas históricas en Cataluña, y son muchos los agravios de la Generalitat con el Espanyol con el paso de los años, posiblemente sin justificación. Pero también es cierto que no hay mayor atractivo turístico que el Barça, esté quien esté en la plantilla y gane más o menos títulos. Si quieren rivalizar con el Barcelona en este apartado, deben trabajar mucho todavía dentro y fuera de los terrenos de juego.