Xavi Hernández no sabrá si podrá alinear a Robert Lewandowski para el último partido del año hasta 24 horas antes del inicio. Semejante despropósito tiene como responsables a varios actores: por un lado, al propio jugador, que se podría haber ahorrado los gestitos nada más ver la segunda amarilla y ser expulsado en El Sadar, por otro, al colegiado Gil Manzano, que recogió e interpretó en el acta estos gestos como “desconsideración”, sin tener en cuenta que en la Bundesliga tocarse la nariz con los dedos tienen un significado simplemente de prepotencia, asimismo al Comité de Competición, recogiendo el guante e imponiendo tres partidos al delantero polaco, y al Comité de Apelación, haciendo caso omiso al recurso del club blaugrana y ratificando el fallo.
El proceso ha quedado ahora enquistado en manos del TAD (Tribunal del Arbitraje Deportivo), que tiene hasta el 30 de diciembre para tomar una decisión. El club confía que el organismo le conceda la cautelar y le abra las puertas a jugar el derbi a la espera del fallo definitivo.
Esta artimaña administrativa tiene sus peros: permitiría a Lewandowski jugar contra el Espanyol, pero dejaría en el aire la sanción, que podría acabar cumpliendo más adelante. Ahora mismo, la sanción abarca los partidos contra el Espanyol, Atlético de Madrid y Getafe, siendo el primero y el último en el Camp Nou, por lo que teóricamente sólo el encuentro en el Metropolitano se presenta como de máxima exigencia.
Uno se pregunta si era necesario o no llamar a la puerta al TAD, sobre todo teniendo en cuenta que parece harto difícil que le rebajen la sanción. Sería entendible si los técnicos considerasen que el delantero polaco no tiene sustituto en la plantilla, pero a priori cuenta con tres candidatos reconocibles.
El primero es Memphis Depay. Un jugador que no ha acabado de cumplir con las expectativas desde su llegada al Barcelona, y aún mucho menos desde que aterrizara Xavi Hernández. Si bien es verdad que las lesiones han acabado lastrando su trayectoria, también es cierto que no se siente cómodo en el juego de posición, y que sufre a la hora de encontrar soluciones dentro del área o de asociarse con sus compañeros. La frustración de los técnicos con el holandés es tanta que el club le ha abierto las puertas a una salida en varias ocasiones, con escaso éxito.
La otra alternativa es Ansu Fati. El internacional se presentaba como un diamante en bruto y un goleador excepcional, pero una decisión errónea en su carrera -desoyó los consejos de los servicios médicos que le recomendaban pasar por el quirófano para solucionar sus problemas con los isquiotibiales-, le ha mermado físicamente de tal forma, que parece una sombra de lo que fue.
Y el último candidato es Ferran Torres. No es un goleador, ni tampoco destaca por su eficacia, pero su inteligencia a la hora de leer los partidos y el juego posicional, le abren las puertas a jugar de 9, si es necesario.
En cualquier caso, ninguno de los tres es capaz de hacer sombra, ni por asomo, al ex delantero del Bayern de Múnich. Sus números estratosféricos en este inicio de curso -18 goles en 19 partidos- le convierten en un jugador imprescindible para Xavi. Tanto es así que, desde el club, no van a dar su brazo de torcer hasta conseguir la cautelar, que permita a Lewandowski jugar el derbi, negando completamente la evidencia que, tarde o temprano, tendrá que cumplir con la sanción.