Diecisiete portadas dedicó desde el 2011 hasta hoy el diario L’Equipe a Leo Messi, siete de ellas siendo jugador del Barça. Todas las recordaba antes de la final del Mundial de Qatar, La Nación. Fue un gustazo enorme ver ese reportaje. “Intouchable Messi”, “Trop beau”, “Me5si” cuando conquistó su quinto Balón de oro, “L’unique” cuando ganó el sexto, “Messi glace le Real, cuando el 0-3 en el Bernabéu, “MessII” cuando puso al Barça por delante en las semifinales contra el Liverpool con tres golazos en el Camp Nou. ¡Señor reportaje!
¡Cambrils es una ciudad muy poca futbolera! Pero ayer amaneció encendida, con banderas de Francia en Casablanca, el restaurante de Pierre, sede de la colonia francesa de esta ciudad, y en Àrca-Fusió, de reciente aparición dentro de la gran gastronomía cambrilense, que Mariano, un argentino de Martínez, provincia de Buenos Aires, ha instalado en la Rambla Sant Jaume. Elegí ver la final en el argentino. Messi ha sido nuestro ídolo durante mucho tiempo y lo será siempre. Y los argentinos vibran de forma diferente. Me arriesgaba a ver llanto o alegría suprema. Con el 2-2 vi a muchos niños llorando y sus padres consolándoles. Rieron y cantaron todo el tiempo hasta que los franceses forzaron la prórroga. Gallina de piel, que diría JC. Estremecedor, sí. Vibrante, también. “En Argentina nací. Tierra de Diego y Lionel. De los pibes de Malvinas que jamás olvidaré”. Y sufrieron también: “No te lo puedo explicar porque no vas a entender las finales que perdimos. Cuántos años la lloré. Pero eso se terminó”. Mariano había hecho copias de la canción o de un himno que desconocía. Pero todos la sabían y cantaban con el corazón.
Y uno veía a Messi defender, atacar, pelear con todo. ¡Qué pena! ¡Era nuestro! ¡Qué lástima que Laporta lo echara! ¡Valía una hipoteca! Y ellos seguían cantando “ahora nos volvimos a ilusionar. Quiero ganar la tercera, quiero ser campeón mundial”. Y lo fueron. Y Messi se coronó. Nadie mejor que él. La historia dirá que lo ganó todo. Ligas, Copas, Champions, Balones de Oro, Copa América y un Mundial. Ni Pelé. Ni Cruyff. Ni Maradona. Él. Lionel Messi. Lo hizo el Barça, creció con nosotros, como me recordaría otro profe de mi carrera, Ángel Sánchez. Y ellos, los argentinos de Cambrils y del mundo le rendían honores: "Messi, Messi, Messi”. Campeón del mundo Messi. ¡La ganaste! ¡Qué pena que Laporta te echara!