No es oficial, pero sí virtualmente una realidad que un año más nos espera la Europa League. Y, como bien decía Xavi Hernández, esta vez no tenemos excusas. La situación es diferente a la del curso pasado, pero la Champions League nos ha vuelto a pasar por encima.

Toca buscar culpables y hacer autocrítica, y el primero que sale en la foto es Gerard Piqué, que el miércoles firmó su sentencia. Cuando regresen Araujo, Koundé y Christensen volverá a ser una pieza más del mobiliario del Camp Nou. No hay por donde cogerlo. 

Por otra parte creo que al entrenador, y aunque nos sepa mal, también debemos exigirle responsabilidades. Tanto en Milán como en Barcelona, Inzaghi le ganó la partida a Xavi. Sí, Inzaghi, no estamos hablando de Mourinho, Guardiola o Klopp. Se trata de Simone Inzaghi, que tiene al Inter séptimo a la Serie A.

El planteamiento de Xavi a tumba abierta pedía a De Jong en lugar de Busquets y centrales rápidos, aunque hubiese tenido que reconvertirse a Marcos Alonso para introducir a Balde en la izquierda y sentar a Piqué. Esto más los cambios, la sobreexcitación desde el minuto uno y un equipo impreciso, se convirtió en un auténtico despropósito.

Sé que ahora todo se ve muy fácil, pero después de haberte gastado casi 200 millones de euros en fichajes, de haber hipotecado el club y fiarlo todo a los resultados deportivos, debemos alzar la voz. El primer gran título del curso escapa a la primera de cambio. Volveremos a jugar los jueves, y el domingo nos espera el Bernabéu. Durísimo.