Arranca un nuevo curso. Con muchas dudas y más urgencias. Con pocas certezas y buenas noticias. En el Barça todo, o casi todo, sigue en stand by. El acuerdo con Sixth Street permitirá salvar la pasada temporada con números verdes, pero el club necesita otro acuerdo para vender el 15% de los derechos televisivos de la Liga para poder fichar con garantías.

Xavi quería que el nuevo Barça fuera ya reconocible el 4 de julio. En la primera semana de trabajo, salvo sorpresa mayúscula, solo podrá contar con Kessié y Christensen, que llegarán esta semana a Barcelona y serán presentados como nuevos jugadores del Barça.

El equipo, muy tocado anímicamente tras el desenlace de la pasada temporada, necesita nuevos referentes. Su apuesta por los jóvenes es necesaria e ilusionante. Algunos fichajes deseados, en cambio, suscitan más dudas. Sorprende que Xavi quiera a tres futbolistas con más de 30 años: Lewandowski, Azpilicueta y Marcos Alonso. El técnico prioriza el rendimiento inmediato, consciente de que el Barça es un club con urgencias.

Actor principal en un pasado no muy lejano en cada mercado de verano, el Barça vive ahora tiempos complicados. Con una deuda de 1.350 millones de euros y con la Liga fiscalizando todos sus movimientos, el gran problema del club es su masa salarial: 560 millones de euros, según el vicepresidente económico, Eduard Romeu.

El Barça se ilusiona con nuevos fichajes, pero palidece para dar de baja a futbolistas decadentes pero con salarios muy elevados. Mingueza, Riqui Puig, Neto, Lenglet, Umtiti y Wagué son un problema mayúsculo para el club. Xavi no los quiere, pero será muy complicado encontrar una solución.

Las opciones del Barça pasan por ser fiel a un modelo. Xavi tiene las ideas claras y Laporta debe facilitar su trabajo. La herencia recibida ha sido muy pesada, pero queda claro que el actual presidente no tenía ningún plan. Su improvisación no ayuda a un Xavi muy metódico y exigente, el único capaz de rescatar a un equipo en descomposición que suma ya tres años sin ganar la Liga y siete sin dominar Europa.