“Perder tendrá consecuencias”, dijo Joan Laporta cuando regresó a la presidencia del Barça. El mismo Laporta que también aseguró con la salida de Leo Messi que “ningún jugador está por encima del club”. Xavi admitió el castigo impuesto a Dembelé sin tenerlo en cuenta en anteriores partidos. Y el mismo Mateu Alemany nos ofreció un canutazo, expresión para definir una declaración rápida sin rueda de prensa ni convocatoria previa, para asegurar que ya no contaban con él y se fuera por donde había venido.

Y de las palabras a los hechos, el abismo ha sido tan grande viendo jugar a Dembelé en el derbi contra el Espanyol que todo ha quedado en papel mojado. Y eso no preocupa en el sentido de que el Mosquito se siga riendo en la cara del club y su afición. Al fin y al cabo, no viene de una más; pero sí es un grave efecto para lo que pueda suponer al resto de jugadores presentes y los que puedan venir. Hay otros que ya se han reído del Barcelona, el mismo Piqué, pero si los aires nuevos de la junta directiva actual conllevan esta manera de hacer, es un indicador claro de que las cosas van a peor.

Dicho esto, nos tomaremos la licencia de repetir el título del artículo: Lo de Dembelé no es casual. Y me refiero al hecho de tener minutos. Concretamente entró en el 72 para sustituir al ya dinosaurio Jordi Alba y con la intención, desde el pensamiento de Xavi, de dar la profundidad que requería el partido.

Y lo sacó por descarte, porque no tiene a nadie más. Y en eso, vamos a la causa principal: falta un nueve, falta un ataque de calidad y confirma que los fichajes que se hacen llevan bajo el brazo no un pan, sino un problema. En posiciones similares de las que hablo, encontramos al Kun y recientemente a Aubameyang. El primero llegó con un corazón débil, el segundo también. Y como ya pasó con Ansu Fati, el tiempo acabará confirmando lamentablemente los hechos.

Aubameyang dice que está trabajando para estar al 100% pero cuando la máquina falla, no hay esfuerzos que valgan. Y yo me pregunto, una vez más, si esas incorporaciones, en el caso del gabonés muy influenciadas por la mano derecha de Laporta, Alejandro Echevarría, no deberían ser cuestionadas profundamente en una asamblea de compromisarios… No podemos llenar el equipo de jugadores de enfermería que pueden derivar en problemas muy graves de salud.