Con la llegada de Xavi se están confundiendo algunos conceptos que deben quedar claros. Así, de entrada, el jeque qatarí hará pasar sudor y lágrimas a Laporta para que llegue Xavi antes del Mundial 2022 que se celebra en este golfo. El jeque, íntimo amigo de Xavi, le concederá este deseo al de Terrassa pero con algunas exigencias que no serán tanto para él como sí para Laporta. En el pasado reciente, con el penúltimo mandato de presidente de Jan, este fue crítico y quiso desvincularse públicamente de los petrodólares oponiéndose así al camino de su enemigo, Sandro Rosell y luego Josep Maria Bartomeu. Veremos a qué precio llega Xavi pero más allá de las relaciones personales y profesionales que el Barça pueda establecer con Qatar, hay un tercer protagonista en toda esta historia: los Emiratos Árabes Unidos.
Por experiencia propia, tengo el placer de cubrir la corresponsalía de la televisión estatal de estos Emiratos con sede en Dubái. El canal en cuestión, por si tenéis curiosidad, es Al Arabiya. Pues bien, es obvio que hasta ahora han tenido un interés especial en el Barça, incluso sin Messi. Y quieren seguir apostando por este club siempre que no quede ligado a Qatar. Para daros un ejemplo, la cobertura que tiene el PSG, con Messi Nyemar y Mbappé, es inexistente en estos momentos allí. Así, este tercer protagonista no aportaría un entrenador, como sí lo puede hacer Qatar con Xavi, pero sí la salvación económica del club. El dinero árabe está más presente que nunca y el precedente de que este matrimonio, Emiratos-Barça, se produzca lo encontramos con Arabia Saudí-Newcastle. Desde Dubái y Barcelona te lo dicen claro: “Algo gordo se está cocinando”. Lo único que puede pasar si este final no se cumple puede venir motivado por dos premisas: que de tanto esperar, como el arroz, las cosas se pasen; o bien que Laporta no sepa convencer a los suyos, los socios, de una entrada de capital tan fuerte que puede cambiar las normas de todo.