El entorno culé ha pasado del catastrofismo al optimismo en solo 15 días. Los hay que hace sus análisis en función de los que mandan. Antes de las elecciones parecía que el Barça viniera de una larga travesía por el desierto siendo un club perdedor y desahuciado. Ese balance estrábico cambió tras el resultado de las elecciones. Reescriben su relato de una manera distorsionada. Es evidente que el ciclo ganador se fue apagando hasta cerrarse el año pasado en blanco, y las tres últimas eliminaciones del Champions fueron dolorosas, pero lo cierto es que el Barça de la última década ha sido el más glorioso de la historia del club. Nunca antes el Barça ganó tanto en tan poco tiempo. Del 2010 al 2020, el Barça ha conquistado 22 títulos: 2 Champions, 2 Mundiales de clubs, 2 Supercopas de Europa, 6 ligas, 5 copas del Rey y 5 Supercopas de España. Durante la primera etapa de Laporta se consiguieron 12 títulos en siete años. Ahora, la herencia tampoco es tan desastrosa como se presentaba durante la recogida de firmas para la moción de censura. Deportivamente, Koeman está demostrando ser un gran entrenador y será reconfirmado por Laporta. Hay una plantilla ilusionante con aciertos en los fichajes de Dest, Pedri, De Jong o Dembélé, a quién se quiere renovar una vez vez superadas las lesiones. Y además, hay prometedores futbolistas salidos de la Masia, como Mingueza, Araujo, Ansu Fati o Ilaix, que son el resultado de un trabajo formativo bien hecho durante años aunque algunos crean que han salido por arte de magia. Retener a Messi el pasado mes de agosto fue una gran gestión para los intereses del club, a pesar de que los opositores, interesados en el cuanto peor mejor, presionaron para que le dejaran marchar. En la cantera vienen pidiendo paso los porteros, Iñaki Pena y Arnau Tenas, y los futbolistas Alex Collado, Nico González o Alex Balde. El Barça B luchará por el ascenso con la base de los jugadores hechos en una Masia, que algunos calificaban como un solar.
Las secciones son un ejemplo de buena gestión. Hacía tiempo que el Barça de baloncesto no tenía un proyecto tan atractivo y ambicioso liderado por Jasikevicius, el entrenador ideal, y por cracks mundiales, como Mirotic y ahora Gasol. En balonmano, futbol sala y hoquei patines hay que hacer pocos retoques. Y el Barça femenino, que dispone también de una gran plantilla y un excelente entrenador, tiene la liga en el bolsillo y estará luchando por la Champions. A nivel económico es donde las cosas están más complicadas porque la gestión fue deficitaria. Sin embargo, y para ser justos, hay que decir que cualquier entidad, cuyo objetivo no es repartir beneficios sino ganar títulos, que hubiera sufrido la desaparición de 550 millones de euros de ingresos en 16 meses por la pandemia estaría ahora sufriendo el mismo desequilibrio presupuestario que padece hoy el Barça. Uno de los remedios es vender el 49% del Barça Corporate por 250 millones, operación que Laporta también ve con muy buenos ojos. Alguna cosa se habrá hecho bien cuando en 2015 se decidió desarrollar en el plan estratégico estas 4 nuevas lineas de negocio que ahora resultan ser atractivas para los principales partners de cada sector dispuestos a invertir para potenciarlas. Y a nivel patrimonial, se quiere hacer ver que no se ha hecho nada en el Espai Barça cuando se ha conseguido lo que las directivas anteriores venían pretendiendo desde 1997 sin éxito (el Barça 2000 de Núñez). Ahora hay ya un proyecto adjudicado para modernizar el Camp Nou y construir un nuevo Palau y otras instalaciones en su entorno tras un acuerdo histórico con los políticos de la ciudad y el consenso de los vecinos de las Corts que permitirá empezar a ejecutar las obras en junio, cuando se recibirá la definitiva licencia. Y con un sistema de financiación paralelo, ya negociado, de 820 millones a devolver con parte de los ingresos futuros que aportarán las nuevas instalaciones sin afectar el endeudamiento ordinario del club. Se ha cometido alguna chapuza como el Barçagate, igual que Laporta espió a políticos, jugadores y opositores con los espionajes de Método 3 cuyo coste llegó a los 3 millones de euros.
Ahora, Joan Laporta y su junta directiva han traído el nuevo impulso que necesitaba el club. Hay aspectos a mejorar pero también es justo decir, aunque a muchos les cueste admitirlo, que recibirán una muy buena herencia. Y es que ni el Barça se fundó en 2003 ni nadie puede atribuirse en exclusiva la construcción de su grandeza sino que es el resultado de la contribución de todos y cada uno de los que pasaron por este maravilloso club con más de 120 años de historia.