Duele un poco hacer este comentario sobre un jugador que, también, es un profesional como la copa de un pino y tienem además, fama de ser una persona excepcional, pero Rakitic huele a jubilado.
Su valor de mercado de devalúa a marchas forzadas cada vez que salta al terreno de juego. Está muy lejos de ser aquel fichaje currante que en 2015 acabó quitando el puesto a Xavi Hernández.
Nadie dice que no siga siendo un currante, sino que su rendimiento cae en picado. Y eso que es uno de los fichajes más rentables de los últimos años junto a Ter Stegen, Luis Suárez y Lenglet. Tan solo costó 18 millones de euros y a sus casi 32 años está más que amortizado.
En una entrevista con Jorge Valdano a finales de 2019, Ivan reivindicaba que "solo" tiene 31 años "y no 38", que se siente en el mejor momento de su carrera y que le han quitado el balón. Una metáfora en que simbolizaba al niño que le quitan la pelota y no puede juugar.
Sin embargo, pasados los meses y viendo como las oportunidades que entonces le denegaba Valverde finalmente han ido llegando, que más claro que el agua que la mejor versión de Rakitic ya pasó. Ya no es el que era.
Lento e impreciso, el croata cometió este sábado contra la Real Sociedad un enorme número de errores. Un cúmulo de despropósitos, especialmente a la hora de jugar el balón, que certifican el fin de una etapa. Por ejemplo, cuando tenía que pasar a la derecha, se frenaba, retenía el balón dos segundos y lo mandaba a la banda contraria. No solo no dio fluidez al juego ofensivo, sino que perdió muchos balones.
La alternativa no era más halagüeña. En el 74, Arturo Vidal lo sustituyó y continuó el recital de malas decisiones, balones erróneamente jugados y desubicaciones (algo que a Rakitic le pasa menos, toda vez que sus virtudes son el posicionamiento táctico y el desgaste defensivo). La realidad es que el jugador que lideró al Sevilla a ganar la Europa League es ahora un jugador más destructor que constructor.
Arthur Melo, el llamado claramente a ser titular junto a De Jong y Busquets, prolonga su mala racha de ausencias y agrava el problema del Barça en la medular. Un centro del campo que próximamente debe pensar también en jubilar a Busquets para que De Jong gobierne el mediocentro acompañado del propio Arthur y del nuevo fichaje que se cuece: Fabián o Saúl.
Mientras el Barça baraja la posibilidad de poner otra suma desorbitada de dineropara mejorar la plantilla, jugadores como Rakitic y Vidal tienen cada vez menos valor de mercado. Se antoja difícil que el Atlético pueda pagar los 30 millones en que lo tasa el Barça o que el Inter se deje camelar con el chileno para abaratar la venta de Lautaro Martínez.
Ojalá tengamos esa suerte porque es una obviedad que a día de hoy no tiene nivel Barça. Vidal sirve solo para revolucionar los partidos, y a duras penas, mientras que el croata está llamado a ser carne de banquillo. Y cómo no se ponga las pilas no tendrá opciones decentes ni para salir en verano.