Jueves 6, a las 21 horas. San Mamés. El Athletic. La Copa. El primer título en juego. Solo vale ganar, jugando bien o no. Si cada partido está siendo un examen para Quique Setién y una reválida para los jugadores, este será algo más. Aunque sea la competición menos importante de las tres en las que lucha el Barça y la que menos entusiasma al barcelonismo, estar en las semifinales significaría mucho para el vestuario azulgrana. Más confianza, un poco más de crédito y mantener el paraguas cerrado ante tanta boca dispuesta a vomitar veneno.
En la memoria reciente aparece ese gol de chilena de Aduriz en el último minuto del partido inaugural de la presente Liga que significó la primera derrota y el comienzo de la campaña anti-Valverde, que acabó como ya es sabido. En la memoria histórica permanecen las estadísticas que subrayan que Barça y Athletic son los dos equipos que más veces han ganado esta competición. El sorteo ha querido ver enfrentados a este par de campeones en una eliminatoria a partido único, con lo cual el atractivo es mayor. El examen, por lo tanto, resulta el doble de interesante, aunque los culemaniacos saben que si la victoria es del Barça no será relevante, pero si el resultado es una derrota entonces los hashtags con dimisiones del presidente y el entrenador reaparecerán con fervor.