Mortadelo y Filemón protagonizan en 2019 por primera vez una historieta navideña. Antes, mucho antes, ya se atrevieron con el fútbol, a pesar de que ni siquiera saben que los balones son esféricos. De hecho, su creador, Francisco Ibáñez, pasa absolutamente del mundo balompédico, algo que queda claro en las desternillantes aventuras de sus personajes. No obstante, los ha infiltrado en numerosas ocasiones en la selección española, así que estos torpones espías se han codeado con jugadores de la talla de Carles Puyol y Andrés Iniesta en algunos especiales dedicados al Mundial o la Eurocopa de turno.
El primer Mundial que disputaron Mortadelo y Filemón fue el de 1978. Y ya llevan once a sus espaldas. Pero ni todos han contado con una historia propia –algunos han quedado plasmados en unas pocas páginas– ni todos han brotado de la mente de Ibáñez. Es evidente que los dos agentes de la TIA no se perdieron el Mundial de España de 1982, narrado en tres entregas, y tampoco fallaron en México 1986, Italia 1990, EEUU 1994, Francia 1998, Corea y Japón 2002, Alemania 2006, Sudáfrica 2010, Brasil 2014 y Rusia 2018. Sus desdichas son cada vez peores, para desesperación del Súper y de los jugadores de la Roja, que ya no pueden ni verlos.
Aparte de estas historietas futboleras, en el baúl de Mortadelo no fallan los disfraces de pelota, de futbolista, de portero y hasta de banderín de córner. Eso sí, todo muy a la antigua. De hecho, Ibáñez omite los dorsales de los jugadores, sus guardametas parecen de la década de 1920 (gorra, jersey de lana, sin guantes), los árbitros visten de luto y todos los campos están vallados. Se nota que su única pasión es dibujar y contar historias a través del papel y el lápiz. Ello no quita que esté al día de todo, y que conozca a los ases del balón pasados y presentes. En sus tebeos no faltan alusiones a Platini, Pelé, Di Stéfano, Schuster, Neeskens, Messi, Ronaldinho y Cruyff. Incluso hace alguna referencia velada al Camp Nou. Es decir, que los agentes de la TIA saben que hay un D10S y que tiene su templo.
¡Feliz Navidad!