¿Un Balón de Oro permitiría a su equipo salir humillado en su propio campo? Es lo que sucederá con Vinicius Júnior, que recibirá el galardón el próximo lunes. La estrella del Real Madrid solo tuvo una ocasión en el clásico del Santiago Bernabéu (0-4). La falló, a escasos metros de la portería. Las demás fueron todas ilegales. El Barça puso una trampa con el fuera de juego y el extremo brasileño mordió el anzuelo una vez tras otra.
Vinicius cree que todo el mundo está en su contra cuando, realmente, sucede todo lo contrario. "Siempre igual", le dijo a Sánchez Martínez, colegiado principal del Real Madrid-Barça al recibir la tarjeta amarilla. Fue en el minuto 80, pero podría haber sido, perfectamente, al cuarto de hora. Tiene barra libre y se siente impune.
La protesta le podría haber costado la segunda amonestación, pero el árbitro se guardó la tarjeta. Protesta sin parar, de forma cansina. El Barça celebró los goles con mucha euforia. Tanta, que salió del área técnica. Carlo Ancelotti le recriminó los gestos a Hansi Flick. En cambio, no para los pies a Vinicius Júnior. La estrella del Madrid es la viva imagen del mundo paralelo en el que viven los merengues.