Pep Guardiola, durante la alfombra roja de los premios de la Premier League

Pep Guardiola, durante la alfombra roja de los premios de la Premier League EFE

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Guardiola, víctima de su primer amor: no quiere cruzarse al Barça en Champions

El técnico del Manchester City pretende evitar a toda costa al equipo azulgrana en la máxima competición continental

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Pep Guardiola le debe todo al FC Barcelona, y viceversa. El técnico del Manchester City se labró un nombre en el Barça, primero como jugador, y más tarde, en el banquillo del Camp Nou. Personificando sus logros, en dichas etapas se vio fuertemente influenciado por Johan Cruyff y Leo Messi. El genio de Santpedor se ha sincerado en el programa Che Tempo Che Fa sobre su trayectoria en el club azulgrana, un primer amor que todavía no supera.

Consultado por un rival al que no le gustara cruzarse en Champions League, el entrenador citizen ha señalado el Barça por motivos sentimentales: "Buena pregunta. El FC Barcelona, tal vez. El cariño que les tengo me destruye. Nací en un pequeño pueblo cercano, encontrarnos nunca es fácil". El míster catalán termina contrato con el conjunto mancuniano a finales de esta temporada 24-25 y aún no ha tomado una decisión sobre su futuro: "Todavía necesito reflexionar y decidir qué quiero hacer".

Messi, el 'Goat'

Pese a haber dirigido a los mejores jugadores del mundo en distintos equipos, Pep no tiene dudas en declarar a Leo Messi como el mejor de todos los tiempos: "Hay que conocerlo. Para mí es fácil decir que es el jugador más bueno de todos los tiempos, pero las estrellas se juntaron en ese momento. Quizás sea una falta de respeto hacia Pelé y Maradona, pero para mí Leo es el mejor".

"Nunca había visto a alguien así entrenando, no te lo imaginas manteniendo esta continuidad durante 15-20 años. Cuando lo ves de cerca, piensas en Tiger Woods o Michael Jordan: tuvimos la suerte de ser contemporáneos suyos", ha sentenciado Guardiola.

La influencia de Cruyff

En el FC Barcelona como institución, la influencia de Johan Cruyff ha sido diferencial, e inigualable. El ADN Barça se construye sobre aquella escuela. El flaco alcanzó el culmen de su obra en el banquillo en la Champions de 1992: "No puedo imaginar cómo mi vida y mi carrera hubieran sido sin Cruyff. Él me enseñó mucho a nivel táctico. Pero, sobre todo, me creó desde el punto de vista humano. Era un genio, único. Me enamoró del fútbol".